2023 va camino de convertirse, en lo que a licitación de obra pública se refiere -la ejecución es otro cantar- en un año histórico. Así se desprende de la estadística que registra mensualmente la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan) y de las sensaciones que tienen en el seno de la Cámara de Contratistas de Castilla y León. «Burgos está viviendo un año excepcional», resume su presidente, Enrique Pascual.

Tras décadas en las que la provincia ha visto cómo pasaba de largo el tren de la financiación, bien sea desde la administración central o desde la regional o local, entre enero y agosto se han lanzado concursos de obra pública por valor de 349,8 millones de euros. Por poner en perspectiva, en ese mismo periodo del año pasado los diferentes ejecutivos (Gobierno, Junta y ayuntamientos) licitaron contratos por un importe de 152 millones. Y eso sin remontarnos más atrás en el tiempo, ya que  hay periodos -salvando la pandemia- en los que apenas se llegaba a los 41 millones.

Pero, ¿a qué se debe este cambio tan radical? El propio Enrique Pascual ofrece dos explicaciones: por un lado apunta, como no podía ser de otra forma, a la celebración este 2023 de las elecciones municipales (en mayo), regionales (en Castilla y León no pero sí en otras regiones) y generales (en julio). Por otro lado, los diferentes gobiernos han desbloqueado actuaciones que llevaban mucho tiempo estancadas como el tramo de la autovía A-73 entre Quintanaortuño y Montorio o el nuevo Hospital de Aranda. Del mismo modo, se han sacado a concurso contratos muy relevantes en materia de conservación de Carreteras del Estado.

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