La familia López Sáez no recuerda el día exacto en el que decidieron remover Roma con Santiago para cuadrar las vacaciones de 2025. Los chavales, Gaizka, de 23, e Ixone, de 20, se hacen mayores y no disponen de tanto tiempo libre como antes. El trabajo de uno y las prácticas de la pequeña supusieron un obstáculo a la hora de solicitar los días, también César y Susana -los progenitores- se las vieron y desearon. Finalmente lo lograron y las pocas horas de las que actualmente disponen las invierten en poner a punto los dos coches 4x2 modelo Seat Marbella que compraron en Vitoria y Burgos, con los que surcarán las dunas del desierto de Marruecos.
Los cuatro conocen el país vecino y a pesar de estar acostumbrados -los retoños- desde que apenas levantaban un palmo del suelo a cruzar controles de pasaporte, descansar en hamacas colgadas de palmeras, convivir con indígenas, comunicarse -o al menos intentarlo- con personas de cualquier rincón del mundo -tan solo les queda pisar Oceanía, a la pequeña también América, participar en el Panda Raid será sin duda una de las aventuras de su vida. Estos onienses -de corazón, entre semana residen en Bilbao- comenzaron a poner a preparar los vehículos que encontraron en internet después de verano, tras perderse en Vietnam durante un mes.
Al comprobar que el Ramadán terminaba el 30 de marzo y que, por lo tanto, la prueba deportiva se retrasaría con respecto a otros años coincidiendo con la Semana Santa, no hubo alternativa. Además de invertir bastante dinero, «es un reto caro», asegura Susana, «los chicos han comprado piezas y montado prácticamente los coches», añade. Ambos 'conocen' ya los montes que rodean la villa condal -los atascos en grandes charcos de barro han sido inevitables a pesar de la calidad de los materiales empleados para su puesta en marcha- y las rutas por los cortafuegos y caminos rurales han servido, sobre todo al conductor más joven, para afrontar una situación de emergencia, muy común en la prueba a la que se enfrentarán a partir del domingo.
Juntos han recorrido medio mundo, pero nunca en condiciones tan al límite como esperan. El jueves temprano saldrán de casa, los padres en un coche y los hermanos en otro, y dormirán, confían que a pata ancha, en Granada. El viernes llegarán a Almería, ciudad en la que recogerán los dorsales y tomarán el ferry hasta el puerto de Nador (Marruecos). Una vez allí, y al más estilo rally cross country cruzarán el país árabe de norte a sur y de este a oeste a lo largo de seis etapas. Con apenas la ayuda de una brújula y un libro de ruta cuyas indicaciones requieren tener un sentido importante de la orientación, sin GPS ni ningún tipo de dispositivo móvil, darán lo mejor de sí para alcanzar la meta en Mehdía. Las pequeñas dimensiones de los coches, los cuales ya han soplado las 34 velas, hacen que el reto se complique un poco más. Las condiciones a lo largo de la prueba prometen jornadas largas y duras y las noches las pasarán como buenamente puedan en los campamentos habilitados por la organización.
Los López-Sáez participarán por separado en la misma clasificación 4x2 en dos equipos de categorías diferentes (en la general y junior) y los constantes cambios de paisaje garantizan dificultad hasta límites insospechados. Con el equipaje todavía sin preparar, los nervios afloran a la velocidad de la luz. Los cuatro van a por todas. ¿Quién sabe? Quizás sea una de las primeras familias al completo en subir al pódium.
Experiencia con el motor. La pasión de César por la velocidad y el motor se la ha transmitido a Gaizka. Mano a mano han preparado los turismos con la ilusión de viajar por el desierto. Sin embargo, para el patriarca no será la primera experiencia entre las dunas. En 2023 participó en la prueba con su mujer y consiguieron la posición sesenta de 350. Destacan el «ambiente solidario» porque «nos ayudamos entre todos», manifiestan.