Hace poco más de un año que uno de los edificios de la Plaza Mayor, el que hace esquina con la calle Sombrerería, lucía en sus balcones cinco banderas rusas y una de Crimea. En aquel momento, la aparición de las enseñas fue todo un misterio. Ni comerciantes ni vecinos del entorno sabían el porqué de su colocación. Y ahora tampoco de su desaparición. Porque las enseñas ya no están desde el pasado fin de semana.

Su ausencia, sin embargo, ha resuelto el misterio pero solo en parte. Porque ahora quedar saber quién las ha retirado y por qué lo ha hecho. La Plataforma Europea de Amigos de Rusia fue la encargada de colgarlas el 19 de febrero de 2015 en el edificio, propiedad de uno de sus miembros y fundador de la entidad, el burgalés Eugenio Dorado, que explica los motivos. «Se colocaron el 19 de febrero coincidiendo con el primer aniversario de los sucesos de Maidan y en honor a las víctimas», explica en referencia a la matanza ocurrida en la plaza de Kiev durante las protestas que acabaron con el presidente ucraniano Víctor Yanukóvich en 2014. «Nuestra finalidad fue únicamente pacífica», señala, reconociendo que también se aprovechó ese momento porque en Burgos se había celebrado un encuentro entre jóvenes europeos en el que se habló de las relaciones entre la UE y Rusia.

Dorado explica que la desaparición se produjo en la madrugada del viernes al sábado, entre las 2.50 y las 9 horas, cuando uno de los miembros de la plataforma advirtió de que ya no estaban en su lugar. Cree que tuvieron que hacerlo desde el exterior del edificio, puesto que no había signos de que los accesos hubieran sido forzados.

El fundador de esta plataforma avanza que los hechos se han denunciado en la Comisaría y se han puesto en conocimiento de la Embajada de Rusia, con quien la entidad mantiene «una estrecha relación» y que «se está ocupando de investigar» lo que ha sucedido.

De hecho, la noticia ha llegado hasta Rusia, donde varios medios de comunicación se han hecho eco de ella. Entre ellos, una de sus principales agencias de noticias, RIA Novosti, cuya corresponsal en Madrid fue la primera en publicar la desaparición de las banderas rusas y en hablar con el presidente de la asociación.

Dorado precisa que «no sospechamos de nadie», si bien reconoce que la plataforma ha recibido  «amenazas pero a las que no hemos dado importancia» y desconoce si la retirada de los símbolos tiene que ver con un motivo político y el hecho de que entre las banderas haya una de Crimea, península ucraniana que Rusia se anexionó en 2014. «No tenemos ni idea. Quien haya actuado lo sabrá».

Su decisión de fundar la plataforma obedece a una «simpatía hacia la cultura rusa». Insiste en que el objetivo de la entidad es pacífico y que su finalidad es «reivindicar el papel de este país en Europa». Han organizado varias charlas durante el año pasado y avanza que las banderas volverán a colocarse, para lo que prevé realizar un acto con la embajada.