Muchos de los devotos más fieles a Santa Casilda, como María del Carmen, acudieron en romería al santuario el domingo. Hoy, sin embargo, la mayoría han elegido el coche o los autobuses para acudir a los actos religiosos. Con «menos» afluencia de público que otros años, la procesión y la misa oficiada en el interior de la ermita -que poco a poco se ha llenado- por varios sacerdotes, entre ellos el capellán Félix Castro, han comenzado con puntualidad. Afuera, algún que otro joven, pero sobre todo mayores, han esperado casi una hora mientras disfrutaban de un vino o un buen vermú acompañado de los suculentos pinchos que elaboran en el bar, a la inauguración del juego de La Taba por las autoridades.

Como manda la tradición, el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos, Roberto Saiz, ha sido el primero en probar suerte con las apuestas. El presidente de la Diputación Provincial, Borja Suárez, y el alcalde de la ciudad, José Solas, le han seguido.

Una vez finalizado el acto y ya en las campas se ha realizado la bendición de las 750 raciones de paella. A partir de media tarde, los comensales regresarán a Briviesca para apostar en las 11 mesas instaladas en los bares. La fiesta no ha hecho más que empezar.