El Burgos CF se lame las heridas después de su último varapalo en el derbi provincial. Al equipo le toca levantarse, pasar página y aprender de los errores. Las vacas flacas han llegado antes de lo esperado y de forma abrupta. El equipo ha pasado de ganar tres jornadas consecutivas a conseguir un punto en las tres últimas, pese a haber jugado dos partidos como local.
El Burgos no acaba de encontrar la regularidad necesaria y los datos así lo corroboran. Jon Pérez Bolo habla habitualmente de la importancia de las áreas y el conjunto castellano está fallando en ambas. Le falta contundencia en la propia y puntería en la contraria. Estas circunstancias complican sobremanera ganar partidos en una categoría como la Segunda División.
Las lesiones no han dado tregua en estas últimas semanas y el equipo también ha acusado la ausencia de hombres como Curro, Álex Sancris o Appin. Es un aspecto que también ha mermado el potencial del grupo, sobre todo en ataque.
La solidez. Cuando el equipo logró las tres victorias consecutivas, estos triunfos tuvieron un denominador común: la portería a cero. El Burgos había comenzado con dudas en la retaguardia, que se disiparon ante el Huesca, Deportivo y Zaragoza. Lo malo es que regresaron ante el Granada, se confirmaron en Almería y continuaron en el choque contra el Mirandés.
Al margen de los méritos que hayan contraído sus rivales en los tres últimos encuentros, el equipo no ha estado fino en labores de contención. El Granada se aprovechó de ello en los dos goles que hizo en el Plantío, volvió a ocurrir en Almería y se repitió en el derbi. En todos estos partidos Bolo reconoció que en los goles el Burgos no estuvo acertado en labores defensivas.
Eliminar estos desajustes es uno de los objetivos para los que trabaja el conjunto blanquinegro. En el vestuario son conscientes de que si son capaces de cerrar su puerta tienen suficientes argumentos en la zona de ataque para decantar los partidos a su favor.
Sin acierto. Dicen los protagonistas cuando llegan las malas rachas ofensivas que lo importante es crear ocasiones. El Burgos las tiene, pero no las mete. El dato es que no ha marcado en los dos últimos partidos, algo que no le había sucedido en la actual campaña. Jugó 65 minutos con un futbolista más en Almería ante un rival que es el más goleado de la categoría, aunque no encontró el camino del gol. También generó ocasiones contra el Mirandés, aunque tampoco tuvo equilibrado su punto de mira. Antes de que llegara el gol del conjunto rojillo el Burgos se pudo adelantar, pero no acertó.
La escuadra que dirige Jon Pérez Bolo necesita mantener el rumbo y eso pasa por mejorar sus prestaciones en las dos porterías. Debe hacerse fuerte en los dominios de Cantero y aprovechar lo que sea capaz de generar en el área rival. Es el abc del fútbol, conocido por todos, pero difícil de llevar a cabo.