El Puerto Seco de Villafría empieza a acusar las consecuencias del momento de incertidumbre económica que se vive por la guerra en Ucrania y su reflejo en el alto precio de la energía y la bajada de la actividad de sus industrias de referencia.La terminal logística se ha visto obligada a suspender buena parte de su tráfico de trenes en los últimos días por la falta de demanda de los mismos, una situación cuya evolución, avisan, se prolongará, al menos, hasta final de año, aunque es difícil de prever el escenario que espera para 2023.
En los últimos días se han anulado los tráficos ferroviarios a los puertos marítimos de Barcelona (vital para Villafría) y Valencia y también de Huelva. Solo se mantienen programados los dos trenes que unen Burgos con el puerto de Bilbao.
Detrás de estas decisiones, explica el director del Puerto Seco, Gonzalo Ansótegui, está la estrategia de industrias clientes (en Burgos, en otras provincias e incluso en otros países) de ralentizar e incluso paralizar temporalmente su actividad ante el alto precio de las energías que consumen en sus procesos productivos (gas y electricidad) unido a la caída de las exportaciones. «Si se mantienen en funcionamiento, dejan de ser viables».
A estos problemas de los clientes se suman el coste del propio transporte ferroviario, ya que son convoyes impulsados por locomotoras eléctricas (que no reciben subvención alguna para compensar sus altos costes energéticos), y también está la dificultad para encontrar conductores de los ferrocarriles, cuya falta ha sido determinante a la hora de parar la conexión con el puerto de Valencia.
Se ha pasado del tráfico de once trenes semanales de los mejores momentos de Villafría a solo dos en la actualidad, un parón que no es nuevo en la trayectoria histórica del Puerto Seco (de hecho, hubo ejercicios con un solo tren) y que tampoco ha impedido seguir creciendo a este proyecto estratégico para Burgos y su provincia. De hecho, la terminal ferroviaria siempre se ha comportado como un termómetro del estado de salud de la industria de su entorno.
Los problemas en las vías no son, por ahora, visibles en la carretera. La actividad de camiones en el recinto aduanero de Villafría es «extraordinaria», puntualiza Ansótegui, pero gracias al impulso de la industria alimentaria radicada en este lugar que, por ahora, mantiene su actividad.
Precios. Los expertos consultados coinciden en que los altos precios de la energía son ahora protagonistas del comercio exterior. Los portes de los contenedores marítimos han frenado la espiral alcista de los últimos meses, aunque se mantienen altos, y los problemas de tiempos de espera y retrasos han ido descendiendo.
Dicho esto, si hace unos meses era la pandemia y sus consecuencias, sobre todo, con el cierre de los grandes puertos chinos por la covid, ahora es la guerra. El conflicto ucraniano ha disparado los precios del gas y ha generado un escenario energético de gran incertidumbre.
Esta espiral no afecta de la misma manera a los diferentes protagonistas del comercio internacional y penaliza a los países muy dependientes, como es el caso de España y del resto de socios europeos, los principales clientes de la empresa burgalesa.