Las buenas perspectivas para las últimas semanas del año exigirán al sector hostelero rearmarse de la mejor manera posible para atender la gran demanda prevista. Sin embargo, los empresarios ya destacan desde hace años los problemas encontrados para incorporar más profesionales, ya sean fijos o temporales.
«No hay personal y se trata de salvar los muebles», resume el presidente de la Federación Provincial, Enrique Seco. Cada negocio y cada estilo de establecimiento lidian con sus circunstancias, pero si en la campaña de 2023 se previeron alrededor de 700 contrataciones, hoy la situación es aún más compleja.
«El de la contratación es un problema que se ha notado más desde la pandemia», explica Isabel Álvarez, de En tiempos de Maricastaña. «La gente no quiere trabajar en hostelería, pero hay que dignificar la profesión. Las condiciones de hoy no son las de antes y han mejorado», defiende, para poner en valor la labor de todo el personal que saca adelante los negocios cada día. «Yo puedo ser una cocinera muy buena, pero si no tengo un buen servicio el cliente se va a quejar igual», recuerda.
Su caso, con la plantilla al completo, es diferente a la de las grandes salas o los hoteles. «Ahí sí tienen problemas», señala Álvarez, mientras que Ricardo Temiño subraya que es un problema que afecta «en general» a la hostelería. «Todo el mundo lo sufre. El que tiene cuatro empleados le cuesta contratar a uno, que supone el 25% de la empresa, y nosotros que tenemos 30 nos cuesta encontrar seis. No nos preocupa el volumen de trabajo, nos preocupa no tener manos para atender», explica.
Con estas premisas, cada empresario busca soluciones y Miguel Cobo se muestra satisfecho de «haber generado cantera» en Cobo Estratos para gestionar el delicado escenario actual.