El año pasado el girasol consiguió brillar en la provincia burgalesa después de una nefasta cosecha de cereal. Y esta campaña ha ocurrido todo lo contrario: el trigo y la cebada han triunfado mientras que las pipas han mostrado un rendimiento «regular» y muy desigual dependiendo de zonas.
Las lluvias han llegado tarde, de forma muy abundante y además acompañadas por fuertes vientos, lo que ha provocado que esta campaña de girasol haya ido mucho peor de lo esperado y que la media de lo que se cosechará en la provincia se sitúe en los 1.100 kilos por hectárea. Mientras, hace un año se consiguió superar los 1.250. Eso sí, desde los sindicatos se menciona que ha habido una gran desigualdad dependiendo de pueblos y que la variación va de los 700 kilos por hectárea en las peores zonas hasta los 1.500 en las mejores.
«Las previsiones iniciales eran mejores, pero lo cierto es que no han dado buenas producciones las pipas. La falta de lluvias a finales de agosto y principios de septiembre ha hecho que tenga poco peso; es un cultivo delicado», asegura Esteban Martínez, presidente de Asaja. Además, destaca que este año con el girasol «cunde un poco el desánimo» al compararlo con un año tan bueno de cereal como este, lo que hace plantearse «si merece la pena seguir sembrando girasol». Eso sí, considera que se seguirá apostando por ello al tener menos costes, al ser bueno para la rotación y al tratarse de una de las alternativas a las exigencias de Europa. «Cada uno en su zona tiene que poner aquello que considere más productivo», manifiesta.
En el Valle de Valdelucio la mayoría de los agricultores ni siquiera van a sacar las máquinas para cosechar debido a que la pipa está pegando al suelo y así resulta imposible que se recoja. Los municipios de este entorno, preocupados especialmente al no poder recoger tampoco las patatas, ya han pedido que se declare como zona catastrófica debido a que se inundaron todos los terrenos. En la Bureba, como suele ser habitual, se han obtenido los mejores resultados y la media se situará en los 1.500 kilos por hectárea. Y en otros puntos de la provincia, como Pisuerga o el Alfoz, la media ronda los 900.
En Bureba llegarán a 1.500 kilos por hectárea y en Valle de Valdelucio ni se va a cosechar
Este año parece se conseguirá algo menos de girasol que de costumbre, aunque sí se está pagando mejor que otros años. Ahora, en la lonja de León, se paga a 420 euros por tonelada y cuando empezó cotizar -el 25 de septiembre- se situaba en 400. Esto supone un aumento significativo en comparación a la campaña pasada, ya que por estas mismas fechas se pagaba por ello 363 euros por tonelada.
Desde las organizaciones agrarias miran con optimismo estos buenos datos y confían en que se mantengan en el tiempo. Sin embargo, Gabriel Delgado, de UPA, prefiere no hablar de esta cuestión puesto que cree que «es una vergüenza lo que hacen luego las multinacionales y grandes empresas, que cuando lo tienen en sus manos lo revientan y hacen lo que quieren con ello; me preocupa que jueguen con el precio de este cultivo, como ya ocurrió el año pasado» (...).
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