Graham y Lucy Moag traspasaron en mayo de 2021 el umbral de un viejo almacén en San Cristóbal de Almendres, donde antaño había «pollos y patatas». Se miraron, vieron «un loft de Manhattan» y lo compraron. Eso solo es capaz de lograrlo una pareja de visionarios como ellos, dos emprendedores irlandeses hechos a sí mismos que proyectan  poner en marcha una empresa de rutas turísticas para amantes de las motocicletas clásicas -años 30, 40 y 50- que incluirán  el paquete completo de estancia, recorridos, comidas y experiencias. Recorrerán Merindades y también se adentrarán en Cantabria, Vizcaya o La Rioja, entre otras zonas limítrofes.

Estos dos emprendedores sufrieron una avería en su motocicleta al poco de salir de Bilbao camino de Alicante un afortunado día de 2020 y decidieron quedarse a conocer el norte de España y Las Merindades. Se enamoraron de estas tierras y comenzaron a pensar en una nueva vida y en un negocio al que están dando forma sin descanso. Un año después ya habían encontrado lo que buscaban, un cuartel general desde el que trabajar a una hora de los aeropuertos de Santander y Loiu (Vizcaya) y el Ferry que arriba al puerto de Santurce.

Recuerdan que conseguir la conexión del agua o de la electricidad en el viejo almacén deSan Cristóbal de Almendres que compraron fue «una tortura», pero sonríen pensando en todo el trabajo hecho hasta ahora. Poco a poco va tomando forma, pero mientras tanto también han adquirido un piso en Medina de Pomar. Su plan de trabajo divide sus vidas entre Irlanda, donde trabajan sin descanso en sus respectivos negocios como autónomos durante unos ocho meses al año para contar con el soporte suficiente durante los meses que transcurren en Merindades restaurando la casa de San Cristóbal y preparando el terreno para su futuro negocio.

Graham, ingeniero mecánico de motocicletas antiguas, será el que dé seguridad a los clientes, expuestos a múltiples averías dada la antigüedad de sus joyas sobre ruedas. En San Cristóbal contará con un taller privado con todo lo necesario para resolver sus problemas. Lucy, quien se dedica a arreglar, adaptar y tunear vestidos de novia antiguos o vintages, tendrá el taller de costura en la planta de arriba, aunque también piensa en arreglos de ropa de segunda mano, en talleres de costura y cotilleo, al más puro estilo irlandés y en muchas otras ideas.

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