De la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que tildó de «falacia» los proceso de estabilización de Aguas de Burgos se ha pasado a la aprobación de unas bases en las que la propia Sociedad minusvalora a sus profesionales, ya que en el procedimiento para ocupar el puesto de su número tres, el de jefe de Distribución, penaliza la experiencia en la empresa municipal frente a la que puedan tener profesionales de otras ciudades como Valladolid o Madrid.
No deja de ser llamativo que en los criterios de valoración de méritos basados en la experiencia y donde están en juego 60 puntos (la parte más importante del proceso) se concedan 3,50 puntos por año de servicio en puestos similares al de la oferta, pero siempre y cuando esos años se hayan trabajado «en poblaciones o conjunto de poblaciones de más de 250.000 habitantes». Algo que no cumple un trabajador de Aguas de Burgos, ya que la suma de la población de la ciudad y delAlfoz no alcanza ese mínimo.
Dicho de otra manera, un jefe de distribución con 18 años de experiencia en Valladolid o en el Canal de Isabel II de Madrid, por citar dos ejemplos, puede lograr 60 puntos mientras que un profesional de Aguas de Burgos con la misma experiencia solo podría optar a 36 puntos (se le darían dos por año).
Sorprende estas formas de evaluar a los profesionales ya que, al menos que se sepa, Aguas nunca ha incluido una discriminación de ese tipo a la hora de valorar los méritos de los candidatos. Prueba de ello es que el actual gerente de la Sociedad ha forjado el grueso de su trayectoria profesional en lugares como Ciudad Real, Arenas de San Pedro, Los Ángeles de San Rafael (...).
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