Diez minutos antes de las 11 de la mañana de ayer, un desfile de vehículos partía de la Plaza Mayor de Belorado con destino al circuito de Posadero, que ocupa más de tres hectáreas de superficie a lo largo de una loma. Todos compartían ciertas características, como la elevada suspensión o ruedas de gran tamaño o trepadoras, aunque los más preparados afrontaban la jornada con mayores posibilidades de éxito. Por un lado, los habituales 4X4 y, por otro, prototipos adaptados para la ocasión: la prueba que organiza el Ayuntamiento con la implicación de los clubes deportivos Valdesquilanos y los Ansiaos, y la peña Los Estropeaos.
Hasta quince zonas con distinto grado de dificultad se repartían por la pendiente, donde se sucedían los taludes o los socavones marcados con estacas y cintas. Minutos antes de comenzar la competición, arrancaban los primeros ensayos y, con ellos, el rugido de los motores, que ya no dejaron de sonar hasta pasadas las dos y media de la tarde. Pilotos y copilotos, con casco y cinturón de seguridad obligatorios, afrontaban cada una de ellas, sabedores de que la puntuación disminuía en caso, por ejemplo, de tocar uno de los postes o de echar marcha para poder superar una rampa. «Aquí prima la habilidad, no el tiempo ni la velocidad», explicaban Arturo Castroviejo y José Araúzo, miembros de la organización de un evento que arrancó el pasado sábado con raid fotográfico.
Mientras tanto, el público, cuya afluencia se iba incrementando a medida que avanzaba la mañana, contemplaba la exhibición sin dejar de recibir una lluvia de barro cuando uno de los coches entraba o salía de una poza de barro. Tania, que acudía por segunda vez a esta cita procedente de La Rioja, seguía con atención la pruebas, fijándose en las características de cada obstáculo y en la mayor o menor habilidad y destreza para superarlas de quienes viajaban dentro. Más partidaria del espectáculo que del ruido de los motores, aplaudía la pericia de aquellos que giraban sin apenas maniobrar para enfrentarse a un nuevo reto del terreno.
Imagen desde el interior de uno de los prototipos participantes. - Foto: Iván LópezLas miradas de los allí presentes, entre tanto, se detenían en aquellos momentos de mayor dificultad, como en los varios intentos del ocupante de uno de los prototipos para encarrilar un talud de al menos tres metros que superó y terminó en aplausos. En otros casos, un pinchazo puso fin a la prueba y también se repitieron los rescate entre compañeros tras quedarse alguno que otro vehículo empanzado completamente en la tierra.
Las emociones se sucedían, aunque sin poder compararse con las que vivían los que se encontraban al volante de los vehículos. Julián y Fernando manejaban un Ultra 4x4 de 400 cv, más preparado para otro tipo de competiciones específicas que se organizan en Europa. Procedentes de Cerezo de Río Tirón, compartían los nervios de «tirar del volante» y la adrenalina de acompañar a quien lo hace.
En directo. Mientras el tiempo iba pasando, Jaime García no dejaba el móvil con el que grababa la competición en directo. Este tiktoker (@jmg.cars) apasionado del mundo del motor, acudía a la cita con la intención de promocionar el mundo de los triales 4x4, como ya lo hizo a finales de noviembre en el que se celebra en Cardeñadijo (...).
Los pilotos demostraron sus habilidades para superar los montículos. - Foto: Iván López(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de este lunes o aquí)