Amamantar, a pesar de todo

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Madres de la Leche celebra en Burgos la Semana Mundial de la Lactancia Materna y su 20 aniversario con el foco puesto en los niños que nacen con alguna discapacidad o enfermedad y presentan dificultades para alimentarse de forma natural

Daniela Osorio y Mónica Sanguino, presidenta y secretaria de Madres de la Leche, observan a Inés Ortiz, otra de las socias, mientras da de mamar a su hija. - Foto: Patricia

Las expectativas que se crean alrededor de un embarazo deseado a veces son enormes. Lo sabe bien cualquier mujer que ha estado esperando nueve meses para verle la cara a su criatura y pensando cómo le vestirá, le amamantará, le paseará o qué será lo primero que haga cuando llegue a casa después de parir.  Ninguna quiere pensar que las cosas se pueden torcer o que no van a salir como se espera. El diagnóstico de una patología propia o en el niño o la constatación de que el bebé ha nacido con una condición como el síndrome de Down provoca un estado emocional muy vulnerable y muchísimas dudas en las que, probablemente al principio, no se encuentren las relacionadas con la lactancia materna. «En esos momentos es fácil que sea de lo último de lo que se acuerdan porque están a otras cosas que consideran más urgentes, y cuando se lo plantean se les puede hacer muy cuesta arriba. Por eso nos parecía interesante ofrecer testimonios de primera mano sobre estas situaciones tanto de madres como de profesionales», explica la presidenta de la asociación de fomento de la lactancia materna Madres de la Leche, Daniela Osorio.

El pasado sábado se iniciaron los actos de la Semana Mundial de la Lactancia Materna con una fiesta por el veinte aniversario que ha cumplido esta entidad, por la que han pasado centenares de mujeres para formarse en la mejor manera de amamantar a sus hijos, compartir experiencias y sentirse apoyadas. Y es precisamente este soporte el que se quiere trasladar a las que se encuentran con una situación  tan difícil como, por ejemplo, la de enfrentarse a la vez a tener un hijo y recibir un tratamiento contra un tumor o que la criatura nazca con alguna dificultad. Por eso, esta tarde en el HUBU hay una jornada intensiva en la que se habla sobre lactancia materna y cáncer de mama y sobre esta alimentación cuando hay una disfunción motora en el recién nacido. 

Del primer asunto se ocupa Rosa Sorribas, que no solo es consultora de lactancia con certificado internacional (IBCLC) sino que pasó por la experiencia de ser diagnosticada de un cáncer de cuello de útero durante la lactancia de su segunda hija. Esta experta ha contado ya más veces su experiencia, que puede leerse en su página web (www.crianzanatural.com), con la que consiguió alargar el amamantamiento más de un año hasta que se concluyó de la forma más natural: cuando quiso la pequeña. Posteriormente, la fisioterapeuta Eva Martínez Fuente dará la conferencia Lactancia materna y disfunción motora en el recién nacido.

Experiencia propia. Para el viernes está prevista en el centro cívico Río Vena, de 18 a 20 horas, una mesa redonda con el título Lactancia: cuando nada es lo que esperabas. Lactar en la diversidad. En ella se dará voz a madres que contarán su experiencia con niños con síndrome de Down y enfermedades poco frecuentes, y a las expertas Pilar Aguilera (https://pilaribclc.com/) y Silvia Ramírez (www.lactandoendiverso.com), que contará su experiencia como madre de un peque con autismo.  Todas las actividades son gratuitas y se ofrece atención a los niños previa inscripción en el correo madresdelaleche@hotmail.com.

Hace ya dos décadas que echó a andar Madres de la Leche después de varios años en los que la maternidad, la preparación al parto, el masaje infantil y la lactancia se pusieran en la agenda pública de la mano de la Asociación Castellano-Leonesa de Matronas y su presidenta a finales de los años 90 y primeros 2000, Begoña Gil. Fueron estas profesionales sanitarias las que empezaron a alzar la voz sobre la humanización del parto, a explicar públicamente que la analgesia epidural durante el parto era un derecho de las mujeres (tardaría mucho tiempo en generalizarse), igual que el estar acompañadas por quienes ellas desearan. Ahora estas demandas pueden sorprender, pero parir sin dolor en aquellos años era una cuestión de suerte: si había un anestesista de guardia y que tuviera una especial sensibilidad podría ocurrir. Nada de planes de partos ni de que el proceso se desarrollara según la voluntad de la mujer.

Todos estos mimbres fueron colocados por Gil y sus compañeras, entre las que destacó la también matrona Asun Simón, siempre pendientes ambas de las madres recién paridas dentro y fuera del hospital. Ellas están en el núcleo originario de la asociación junto con María José Varona, Elba Chapero, María del Puy Sanz, Esther Angulo, Idoia Martínez, Guylaine Nicoleau o Susana Cuevas. Daniela Osorio, la actual presidenta, Mónica Sanguino, que es la secretaria, e Inés Ortiz, miembro de la asociación y que se ha prestado a posar para este artículo de DB con su hija Irati, se sienten deudoras del trabajo que estas veteranas hicieron hace más de dos décadas y en él siguen, lo que se refleja en el número de socias, que en la actualidad superan las doscientas. 

Porque no solo escuchan, acompañan, aconsejan y resuelven dudas a las madres recientes sino que dan otros servicios como el alquiler de sacaleches por un precio simbólico que revierte en la asociación, y mantienen un buen contacto con los profesionales sanitarios de la ciudad. Creen que el abordaje a la maternidad en toda su extensión ha mejorado muchísimo en los últimos años y alaban el compromiso del hospital, en cuya comisión de lactancia materna tienen representación. Aunque, por poner un pero, lamentan la desaparición del Grupo de Apoyo a la Lactancia tanto en el HUBU (ocurrió en pandemia y nunca se recuperó) como en Atención Primaria, del que aseguran que ha desaparecido por falta de profesionales.