Dirigido por la arqueóloga y profesora de la Universidad de Valladolid Angélica Santa Cruz del Barrio, el equipo integrado por Germán Delibes, Miguel Moreno, Javier Basconcillos, Rodrigo Villalobos, Xavier Bayer y Sandra Pastor ya ha dejado al descubierto en apenas dos días de trabajo la cámara del dolmen de La Horquilla, un monumento funerario que se excavará en dos campañas, la actual y el verano de 2021, para documentarle y datar su existencia.
Cercano a otros dólmenes de gran relevancia como son La Cabaña y el de Arroyo de las Vegas, con la excavación en La Horquilla se pretende establecer la secuencia megalítica de la comarca de Las Loras teniendo en cuenta la riqueza de la misma en este tipo de instalaciones, con más de una treintena localizadas en el territorio. Así, estos días se han realizado dos catas en torno a los 4 ortostatos (las losas que delimitan la cámara ) que ya estaban localizada desde hace décadas; la primera se ha centrado en el vaciado de la cámara con el objetivo de localizar el osario, mientras que el segundo sondeo se corresponde con el túmulo que cubre el monumento, de tal manera que se pueda determinar cómo estaba constituido estructuralmente este monumento funerario.
El objetivo final del proyecto de excavación es localizar el osario, aunque a fecha de hoy aún no se ha llegado al nivel en el que podría estar el enterramiento, pero sí se ha retirado bastante material del hoyo para seguir en la búsqueda del nivel original.
En todo caso, explica Angélica Santa Cruz, se trata de establecer la posible secuencia megalítica de toda la zona, partiendo de lo que ya está documentado. Lo que parece en este caso es que estamos ante un dolmen pequeño, lo que podría evidenciar que, al igual que sucede con otros hallados en Sedano, sería anterior al dolmen de La Cabaña, mucho más monumental. Las pruebas de Carbono 14, que ya están realizando de otras excavaciones, podrían aclarar este hecho.
La Horquilla pues podría datarse a principios del cuarto milenio antes de Cristo, mientras que La Cabaña correspondería a mitad o finales del cuarto milenio, y anterior incluso sería el dolmen de Arroyo de las Vegas, que se data en el segundo milenio antes de Cristo. En todo caso, serán las pruebas de Carbono 14 las que determinarán las fechas.
Por otra parte, Angélica Santa Cruz reconoce que serán los huesos que se encuentran los que den mucha información relativa a los pobladores de la comarca, y ver si existió continuidad poblacional o si, por el contrario, llegó gente en determinada época que cambió las formas de enterramiento, la cultura y modelos de vida, en definitiva, de la zona. El Carbono 14 y las pruebas de adn aclararán estas circunstancias que escriben la historia de Las Loras. Esta primera campaña no será determinante. Se trata de documentar la estructura y la cámara y corroborar que hay osario, mientras que el próximo verano se documentaría el osario, lo que requerirá una excavación más lenta, sistemática y registrar la disposición de los huesos, procesos que requieren más tiempo que esta primera fase.