Olímpicos de la seguridad

F.L.D. / Burgos
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Tres guardias civiles de la Comandancia de Burgos participaron en las labores de vigilancia ciudadana durante los Juegos de París. Una experiencia que repetirían «mañana mismo»

Para Adrián (i), Juan José (c) y José Antonio fue la primera vez que vivieron una experiencia internacional de este tipo. - Foto: Valdivielso

Fue la fiesta del deporte. La cita que todo atleta espera con ansias durante cuatro años. La que prepararon a conciencia en busca de la gloria. Los Juegos de París fueron la culminación de todo ese esfuerzo y sacrificio de los olímpicos. Pero también será una efeméride que recordarán siempre tres guardias civiles de la Comandancia de Burgos. Porque ellos también fueron de la partida, aunque no para lograr medallas, sino en el blindaje de las sedes y de los protagonistas. Adrián, Juan José y José Antonio vivieron en primera persona el engranaje de seguridad de un evento de estas características en el marco de una estrategia de colaboración entre las fuerzas policiales de diferentes países. Fueron piezas claves para que todo transcurriese con normalidad. 

Nuestros tres protagonistas fueron parte de la delegación española de 142 guardias civiles que participó en los diferentes dispositivos de seguridad de los Juegos Olímpicos tras una solicitud del Ministerio del Interior francés a varios países dentro de la colaboración habitual entre las fuerzas policiales de todo el mundo. Convivieron, por tanto, con agentes de Francia, pero también de otros llegados desde Portugal o incluso desde Estados Unidos. «Yo tuve la oportunidad de conocer a un Sheriff de Virginia (USA), lo cual fue una gran experiencia y un buen aprendizaje», comenta Adrián, quien estuvo designado en labores de patrullaje en el centro de París y que está destinado en el puesto de Aranda de Duero. «Mi función era la de vigilancia y apoyo de turistas y visitantes en núcleos como Campos de Marte y las estaciones de Chatelet o la Garde du Nord. Siempre acompañado de dos o tres gendarmes», relata.  

Es cierto que este agente de Seguridad Ciudadana estuvo alejado de la Villa Olímpica y no tuvo la oportunidad de tener contacto con los deportistas, pero su experiencia fue, ante todo, muy «enriquecedora». «Me ha servido para compartir conocimiento, ver cómo trabajan enFrancia. Hacer algo diferente a lo que hacemos aquí». 

Los que sí pudieron ver de cerca a los olímpicos españoles fueron José Antonio y Juan José, dos guardias civiles de la Agrupación de Tráfico que estuvieron destinados en la sede de Burdeos, donde se disputaron el grueso de los partidos de fútbol femenino y masculino.  Partieron en sus motocicletas desde sus respectivos destinos hasta la capital de la región de Nueva Aquitania para unirse a otros 10 compañeros y a otras fuerzas comandadas por la Gendarmería francesa. «Hacíamos labores de escolta de los equipos. Les dábamos seguridad, algo que por ejemplo no hacemos aquí porque son funciones más bien propias de la Policía Nacional. Fue muy positivo para nosotros», aseguran. 

«Tanto autoridades locales como los propios cuerpos policiales nos recibieron con los brazos abiertos. Siempre se ven cosas nuevas, más en este tipo de eventos», comenta Juan José. Su compañero José Antonio añade que «los intercambios entre cuerpos son frecuentes, por ejemplo aquí con la Guarda Nacional Republicana de Portugal cuando hay operaciones especiales de verano», pero añade que «nada comparado con unos Juegos Olímpicos». 

No dejan terminar la pregunta sobre si repetirían. «Mañana mismo», aseguran. Los próximos serán en Los Ángeles en 2028. «Pues habrá que entrenar el inglés por si nos llaman», ironizan.