Después de la experiencia uruguaya, Sonorama Ribera volverá a saltar el océano Atlántico para exportar este evento que va más allá de la música a México, pero con un cambio de fechas. De la previsión inicial de estrenarse en tierras mexicanas en febrero de 2024, la organización ha decidido retrasarla a mayo para cerrar todos los detalles con margen suficiente.
Esta nueva propuesta de Sonorama Ribera se desarrollará durante tres jornadas, dedicando las dos primeras a actividades «de primer nivel», como califica el director del festival, Javier Ajenjo, con el Centro Cultural de España en el casco histórico de México DF. «Tendremos presencia de cocineros, de gente del mundo de la literatura, del mundo de la cultura y las diferentes artes escénicas que van a estar representadas, pero no serán unas charlas de gente platicando como dicen ellos durante una hora, sino que el camino es el diálogo, la participación, la confrontación inteligente para que el público forme parte de un diálogo entre una parte y otra, separada por un océano, pero que nos acerca más de lo que parece», avanza Ajenjo.
Los conciertos se celebrarán en la tercera jornada en el velódromo olímpico, con un aforo que oscilará entre los 5.000 y los 7.000 asistentes, donde se dispondrá una zona de degustación de vino de la DO Ribera del Duero y dos escenarios, uno dedicado a bandas emergentes. «El cartel contará con unas 15 bandas distintas, con cabezas de cartel destacados en la escena musical mexicana, porque son los que van a atraer a los asistentes de allí, pero también habrá bandas españolas, que serán un 60 o 70% de la oferta musical», aporta el director del festival como detalles de una jornada musical que comenzará a en torno a las 12 del mediodía.
El presupuesto estimado para el estreno mexicano de Sonorama es de 1,2 millones de euros y contará con el apoyo del Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero y de la Junta de Castilla y León.
«Estamos trabajando con la Junta para concretar su implicación, porque han visto en este proyecto una buena herramienta para la promoción turística no sólo de Aranda y la Ribera, de Burgos, sino de toda la región, con el objetivo de poner en valor lo que tenemos», puntualiza Javier Ajenjo.
Por su parte, la participación de la DO Ribera del Duero facilitará la presencia en el festival de unas cuentas bodegas ribereñas. «La idea es que estén presentes con sus vinos, no en vano México es el segundo mercado a nivel internacional en importación de vino de la DO, y será el Consejo Regulador quien escoja las bodegas, como hace en otro tipo de eventos, priorizando a aquellas que tienen importadores en la zona», plantea Ajenjo.