Por encima de los charcos y el barro

ÁLVAR ORTEGA / Burgos
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Un año más, la lluvia aumentó la dureza de la prueba, aunque también lo hizo el espectáculo con un enorme charco en el que más de uno resbaló

El foco de atención estuvo en un gran charco más propio del 3.000 obstáculos de pista que de una carrera de campo a través. - Foto: Iván López

El domingo en el circuito del Centro de Arqueología Experimental de Atapuerca fue lluvioso. No tanto como los pronósticos amenazaban, pero sí lo suficiente como para que el recorrido hiciese sufrir a muchos de los atletas y disfrutar a todos los aficionados presentes. Hubo barro y hubo charcos que tuvieron que sortear los participantes, aunque el que se llevó todo el protagonismo fue uno inevitable, tan grande y tan profundo que nadie pudo salvar y al que todo el mundo hizo frente. Lo lamentaron atletas poco acostumbrados a los obstáculos tanto como lo agradecieron aquellos que sí lo están, como los burgaleses Dani Arce o Lidia Campo.

De hecho, la propia Lidia Campo elogió estas condiciones al final de la carrera en la que terminó 21ª al compararlas con las habituales en campeonatos internacionales: «Cuanto más complicado sea este cross creo que es mejor. Aquí las carreras de campo a través son muy rápidas y no tiene sentido que luego vayamos al Europeo y sea lento, tenga mucho barro y cuente con una dureza que antes, en los clasificatorios, no haya habido. Por eso creo que cuanto más duro sea y más se parezca al Europeo, mejor», analizó Lidia Campo, que el curso pasado acudió a la cita continental y en este también lo tiene como uno de sus grandes objetivos.

Roberto García. Otra de las grandes historias del día fue la de Roberto García. Protagonista del spot publicitario de la vigésima edición, afrontó junto a su guía, Rodrigo Alonso, la carrera popular y completó una vuelta pese a su invidencia.