El pequeño comercio se mantiene alerta y vigilante ante la prometida campaña de bonos al consumo para este año, después de que el equipo de Gobierno aprobara en abril destinar a este fin 1,6 millones de euros: 1,5 millones para los vales propiamente dichos (la misma cantidad que en 2023) y 100.000 euros para la plataforma de gestión que deberá contratarse. Pero antes de este trámite, se requerirá de la autorización de la Junta de Castilla y León que avale la inexistencia de incompatibilidades con otras ayudas. Por ello, la patronal del sector recuerda que el proceso requiere de un tiempo e insta a los responsables municipales a «no despistarse» con los trámites para evitar que ocurra lo de la pasada edición.
Su presidenta, Consuelo Fontecha, recuerda que la iniciativa se lanzó a principios de diciembre, prolongándose hasta el 31 de ese mes, lo que lastró la campaña tanto de Navidad como de las rebajas posteriores, teniendo en cuenta que buena parte de ese dinero va destinado a compras en el sector del equipamiento de la persona (ropa, calzado y complementos). «La horquilla ideal va de mediados de septiembre a mediados de noviembre como máximo», explica la empresaria, en referencia a un periodo de inicio coincidente con el arranque de la temporada de otoño-invierno y la vuelta al cole, y un final anterior al Black Friday.
En cuanto a ese proceso administrativo, además de la autorización del Gobierno regional, el Ayuntamiento tiene que sacar a concurso el servicio integral de la herramienta digital que gestionará la campaña. Para la edición de 2023, la licitación de este contrato se publicó el 11 de octubre en la Plataforma de Contratación del Sector Público, procediéndose a su adjudicación el 21 de noviembre, mientras que los vales descuento comenzaron a comercializarse el 4 de diciembre previo periodo de inscripción por parte de los establecimientos adheridos a la iniciativa.
Fontecha subraya la importancia de estos bonos, cuyo importe aporta en un 60% el consumidor y en un 40% las arcas públicas, para una actividad económica que aún no se ha recuperado de las consecuencias negativas que la pandemia dejó en las ventas del comercio de proximidad en favor del consumo a través de grandes plataformas que operan por internet. En este punto, avanza la necesidad de crear «grupos de trabajo» con estos empresarios para que formen parte de la transformación que requiere el contexto actual.
Fechas de rebajas. Los primeros pasos ya se han producido con la mirada puesta en las rebajas y reuniendo a un grupo de comerciantes de este sector para intentar «conciliar fechas» con las que se evite la competencia entre ellos y se «protejan» frente a las grandes cadenas. Fontecha puntualiza que no se trata de una regulación interna, puesto que cada empresario es libre de iniciar estos periodos cuando considere más conveniente para su negocio, sino de recomendaciones que permitan aglutinar a cuantos más comercios mejor para aportar estabilidad a estas campañas de descuentos que han perdido la esencia para los pequeños negocios desde que se liberalizaron a principios del ejercicio 2013.
Otro aspecto en el que trabaja la entidad tiene que ver, precisamente, con la recuperación de un perfil de consumidor joven que opta por canales de venta que no pasan por los de cercanía sino por internet. La presidenta de la FEC aboga por la puesta en marcha de iniciativas para ese rango de edad a través de campañas o promociones de «interés general» que incluyan, a modo de ejemplo, sorteos de entradas a eventos deportivos o musicales.