El HUBU dedicará este año más dinero que nunca -exceptuando la pandemia- en derivaciones a la sanidad privada (algo más de 1,2 millones) porque, aunque mantiene la partida para externalizar operaciones a pacientes de Traumatología (de 945.500 euros otra vez, el 76% del total) eleva el importe destinado a la contratación de pruebas diagnósticas (ecografías, resonancias y escáneres) a 194.621 euros (un 65% más que en 2023) y a las cirugías para cambiar de sexo o, como se dice en la jerga médica, para reasignación genital (100.000 euros para vaginoplastias y faloplastias, lo cual supone un 31% más que la última vez que se contrataron, en 2022). En total, algo más de 1,2 millones de euros en atención directa a pacientes del complejo asistencial de Burgos.

A esto hay que añadir otros conceptos habituales en los planes de necesidades, pero muy variables de un ejercicio a otro, como ocurre con la contratación de pruebas analíticas y genéticas a laboratorios externos. En 2024 se prevé invertir un máximo de 294.500 euros en estos análisis, mientras que en 2022 esta partida rondó los 627.000 euros y el año pasado se quedó en 100.000 euros (siempre según información oficial, disponible en la Plataforma de Contratación del Sector Público).

Lo llamativo del presupuesto para externalizaciones del HUBU en este 2024 es que mantiene la partida para contratar cirugías a pacientes de Traumatología (todavía no especifica cuántas ni de qué tipo) a pesar de que el servicio ya está consiguiendo reducir su lista de espera, al haber aumentado la actividad en horario extraordinario, porque este año sí hace peonadas por la tarde (técnicamente, autoconcertación).

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