El proceso de estabilización de médicos interinos mediante méritos, que está a punto de concluir, ha traído por fin buenas noticias al HUBU en materia de personal: Anestesiología gana tres especialistas. Y eso no solo significa que en la época vacacional por excelencia no habrá que suspender actividad por falta de anestesistas, sino que se podrá seguir programando con normalidad. Aun así, este servicio nuclear para todo hospital sigue arrastrando déficit, porque le faltan cuatro médicos para completar la dotación facultativa que se le reconoce en la plantilla orgánica. Es decir, que una carga de trabajo que Sacyl considera que deberían asumir 41 médicos se reparte entre 37.
El trabajo de los anestesistas se relaciona casi en exclusiva con los quirófanos, dado que son los médicos responsables de dejar en suspenso las funciones vitales del paciente para que se le pueda operar y reanimarlo una vez que finaliza la intervención. Pero su cometido va mucho más allá del bloque quirúrgico y, en todos los hospitales, Anestesiología ha ido ganando peso con el paso de los años: posoperatorios, partos sin dolor, realización de pruebas que exigen sedación, colocación de reservorios para administrar fármacos tan demandados como la quimioterapia, tratamiento del dolor, las terapias de electrochoque o la implantación de técnicas propias de la medicina del siglo XXI como es la radiología intervencionista (para eliminar aneurismas cerebrales sin abrir el cráneo, por ejemplo), entre otras.
Este aumento de la carga de trabajo hace años que en el HUBU se compagina con una falta de especialistas que, al menos desde 2018 ha oscilado, según momentos, entre cinco y nueve. Esta primavera, en mayo, faltaban siete. Y de mantenerse esta situación en el tiempo se tendría que haber cancelado actividad en verano porque 34 profesionales, que también tienen derecho a vacaciones, no pueden asumir el trabajo de 41. Así que el servicio urgió soluciones a la dirección del HUBU y a la Consejería de Sanidad porque, en general, toda la plantilla de Anestesiología arrastra años de prolongaciones de jornada y turnos doblados para llevar a cabo el 'plan de choque' de reducción de las listas de espera de la Consejería de Sanidad.
Así, el proceso de estabilización de médicos que encadenaban años con contratos temporales y cumplían los requisitos para adquirir la categoría de personal estatutario de la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León (Sacyl) -es decir, el equivalente a funcionario- cumplió con las expectativas del servicio y ofertó siete plazas. De estas, cuatro han permitido estabilizar a especialistas que ya ejercían en el HUBU, pero las otras tres las han elegido profesionales que estaban trabajando en otros hospitales de la Comunidad. Y de ahí que la dotación del servicio aumente.
El objetivo ahora es retenerlos, porque no es la primera vez que el HUBU consigue atraer anestesistas y los acaba perdiendo. Tal cual sucedió tras la última oferta pública de empleo (OPE) para la especialidad, que es el proceso administrativo que permite obtener la categoría de médico estatutario mediante examen. La última se resolvió en el 2022 y posibilitó que el HUBU aumentara la plantilla médica de Anestesiología en siete efectivos, pero el posterior concurso de traslados y las sucesivas comisiones de servicio autorizadas por la Consejería de Sanidad provocaron que se perdieran tantos anestesistas como se habían ganado.
Ahora, el punto de partida del HUBU es el mismo: quien haya elegido plaza en Burgos tiene que asumir que trabajará en el complejo de la capital, porque las comisiones de servicio se van a denegar. Es decir, que no se va a permitir que nadie que haya pedido plaza en Burgos en el proceso de estabilización solicite trabajar en otro hospital sin perder su puesto como estatutario en el HUBU. Pero otra cosa es lo que, al final, acabe autorizando Sacyl.
De momento, la buena noticia es que el HUBU mantiene actividad en todos los ámbitos. Porque dos de estos tres nuevos especialistas se incorporan de inmediato y el tercero, a finales de mes.