Es muy recurrente que los hurtos clásicos se repitan una y otra vez. Y el llamado abrazo cariñoso es uno de ellos. Aunque la Policía Nacional detenga a los ladrones e incluso desarticule bandas itinerantes dedicadas a esta modalidad delictiva, cada cierto tiempo se conocen nuevos casos. Por ejemplo hace poco en la zona de Las Calzadas, donde una misteriosa mujer se ha dedicado a abordar a personas de avanzada edad para sustraerles joyas y objetos de valor al descuido. Algunas llegaron incluso a plantarle cara.
Según fuentes consultadas por este periódico, la maniobra de esta supuesta ladrona era el típico que utilizan los delincuentes dedicados al abrazo cariñoso. Abordaba a vecinas y paseantes del barrio de avanzada edad, se sentaba con ellas en un banco o directamente las abrazaba haciéndolas creer que se conocían de antes. En este caso, su 'teatro' fue hacerse pasar por una empleada de una farmacia cercana.
«Hola. ¿No me conoces? Soy la chica que trabaja en la farmacia», comenzaba la ladrona mientras se acercaba poco a poco a unas mujeres aturdidas y algo confusas. Una vez que tenía ganada su confianza, las tocaba el cuello y los brazos para sustraerles todo lo que llevaban encima. Pulseras, collares, anillos... En los últimos días han sido varias las víctimas de esta presunta delincuente. Cuando conseguía su objetivo, se metía en un coche estacionado en las cercanías y conducido por un compinche y abandonaban el lugar.
Cuando se daban cuenta de que les faltaba algo de valor, acudían a la farmacia en la que supuestamente trabajaba la asaltante para preguntar por ella. Las responsables, claro está, no sabían de qué les estaban hablando. Era entonces cuando se percataron de que habían sido robadas. Sin embargo, una de sus víctimas, que consiguió evitar que la engañase, se llegó a enfrentar a ella al ver que volvía a la carga con la misma estrategia.
(Más información, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos)