La inclusión en el deporte se refiere a la práctica conjunta de personas con y sin discapacidad, ajustándose a las posibilidades de los practicantes y manteniendo el objetivo y las características de la especialidad. De manera que se facilite el intercambio, la diversión, la superación, la seguridad, la afectividad y, por supuesto, no exista la discriminación entre deportistas por sus habilidades o condiciones.

En este tipo de diversidad lleva años trabajando el centro docente Camino de Santiago y ya tiene un recorrido que fue reconocido la pasada temporada con el Premio a los Valores por parte del departamento de los Juegos Escolares del Ayuntamiento de Burgos por su contribución a tender puentes y eliminar obstáculos sociales, culturales y, en este caso, deportivos a través del voleibol, donde una intérprete de Lengua de Signos signaba para dos chicas con discapacidad auditiva.

"Recibir esta distinción fue todo un orgullo que además no esperábamos. Vamos a intentar empujar a que la mayoría de la gente con alguna discapacidad pueda realizar deporte y no se cierren en el instituto y fuera de él", advierte Javier Medina, profesor de Educación Física en el centro y coordinador del deporte base en este centro.

La profesional de Fray Pedro Ponce de León se comunica con la alumna. - Foto: Jesús J. Matías

De un volumen de alumnado superior a medio millar son casi 50 los inscritos en los deportes colectivos, concretamente, en tres escuadras de voleibol. Si ya de por sí llevaban la inclusión como bandera, además, dos de los tres equipos son de carácter mixto, puesto que "aunque parece que el voleibol solo lo practican chicas, nosotros hemos conseguido que los chicos también se apunten", afirma Medina.

En la escuadra infantil (de 12 a 14 años), que dirige Christian Berezo, hay un chico, mientras que en el juvenil, de 16 a 18 años, hay cuatro a las órdenes de Talia Berezo. Por su parte, el conjunto cadete, que entrena Paula Orodea está íntegramente conformado por chicas.

La figura de un intérprete de signos en los entrenamientos y también en los partidos de los sábados ya se ha normalizado si juega el Camino de Santiago. "Fue un pionero. La monitora del equipo cadete nos transmitió la complejidad para comunicarse con dos jugadoras con discapacidad auditiva en su equipo que querían jugar con el resto de compañeras. Enseguida buscamos una solución a través de compañeras que trabajan en centros cívicos y nos pusieron en contacto con Aransbur (Asociación de Familias de Personas Sordas de Burgos) y funcionó perfectamente. La respuesta fue rápida y con éxito tanto en los entrenamientos como en los partidos a los que acudió la intérprete", afirma el coordinador de las Escuelas Municipales de Arasti Barca, Íñigo Cámara.

Escuadra de categoría cadete, dirigida por Christian Berezo. - Foto: Jesús J. Matías

Este curso se ha unido una intérprete más, puesto que hay una chica juvenil que la pasada campaña se mostró reticente a participar y este, visto el resultado con sus mayores, no se lo pensó. "Nos volvimos a poner en contacto con Aransbur, pero no tenían suficiente personal para dos equipos. Entonces la Asociación de Personas Sordas Fray Pedro Ponce de León se ofreció a facilitarnos una. Además, entre ellas se ponen de acuerdo en vocabulario técnico", argumenta Cámara.

"Con las intérpretes hemos conseguido que trabajen en el grupo, se integren y los propios chavales vean que la discapacidad no es una limitación para poder competir. Que las tres chicas lo hacen al mismo nivel que el resto. Miran al intérprete, pero no supone ningún impedimento", admite el profesor Medina, que asegura que en sus clases es un poco más complejo porque hay una hora en la que dispone de ayuda y otra que no y, aunque no domina la lengua de signos, "tengo la ventaja de que la jugadora ya me conoce y vamos saliendo del paso. El interés de algunos profesores por aprender a signar también nos permite defendernos y ayuda a que las personas con discapacidad se sientan más integradas", subraya.

Entre iguales. La práctica de un deporte que no tiene contacto y está separado por una red también facilita las cosas, "aunque lo difícil es signar las normas y la técnica, porque el deporte es muy técnico y la LSE es muy intuitiva. Luego una vez que practican y lo ven es más llevadero y les gusta", puntualiza Medina.

Este año se han inscrito cuatro chicos en el equipo juvenil que está a las órdenes de Talía Berezo. - Foto: Jesús J. Matías

En las clases de Educación Física también experimentan con fútbol sala, baloncesto y balonmano. "Nuestra intención como centro Camino de Santiago era sacar más deportes este curso tras recibir el premio, pero nuestro mayor obstáculo es que la mayoría, más de un 90 por ciento son residentes en la provincia, entonces el desplazamiento cuesta y varios chavales participan con los equipos de su zona rural. Este año se inscribieron dos jugadores de baloncesto que han formado grupo con otros colegios. También resulta complicado disponer de instalaciones y compaginarlo con los horarios para entrenamientos", asegura Medina.

El coordinador de las Escuelas Municipales añade que el Ayuntamiento de Burgos pone en valor la práctica deportiva en alumnos con diferentes obstáculos y así "cede las instalaciones del José Luis Talamillo, de 15,00 a 16,00 horas para entrenar", destaca, mientras Medina argumenta que "para ellos es el mejor horario porque salen a las 14,00 horas y así no pierden demasiado tiempo para volver a sus municipios de residencia".

Más fotos:

El pasado día 3 de diciembre celebraron por todo lo alto y forma deportiva el día de la discapacidad en el Camino de Santiago, que a pesar de estar especializado en la discapacidad auditiva, probó con disciplinas en silla de ruedas, juegos cooperativos, voleibol sentados, etcétera. "De manera que los alumnos vean que pueden realizar todo lo que se propongan. Para que la discapacidad no aísle ni margine a nadie. Son uno más. Hacen lo mismo que cualquier semejante", concluye Medina, profesor del Camino de Santiago, un centro con la inclusión por bandera.