El HUBU adquiere lectores oculares para pacientes con ELA

G.G.U. / Burgos
-

El Hospital Universitario de Burgos invertirá 165.000 euros en los equipos informáticos que servirán para facilitar la comunicación a personas incapacitadas por un trastorno neuromotor

La asociación que aglutina al colectivo organiza actividades con las que financiar los cuidados de los enfermos. - Foto: Patricia

El HUBU acaba de iniciar el procedimiento para contratar el «servicio integral» de sistemas de comunicación basados en dispositivos de lector ocular; es decir, unos equipos informáticos diseñados para que personas con un trastorno neuromotor tan severo como para impedir la comunicación y la movilidad en las extremidades puedan verbalizar sus pensamientos a través de una tecnología que manejan con la mirada. 

El Complejo Asistencial de Burgos invertirá 164.376 euros en el suministro y mantenimiento de unos 30 dispositivos, que se prestarán a pacientes a quienes se los hayan prescrito. Sobre todo, a personas con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), pero también a quienes tengan afectación grave por trombosis de la arteria basilar, traumatismo craneoencefálico, mielinolisis pontina o parálisis cerebral infantil.

Los criterios del préstamo, sin embargo, no se limitan al diagnóstico de la enfermedad y al hecho de que la afectación sea tan grave como para impedir el habla y el movimiento de las extremidades -lo cual permitiría, por ejemplo, manejar un teclado convencional de ordenador- sino que el 'Protocolo de indicación de sistemas de la comunicación' del Ministerio de Sanidad establece otros requisitos: disponer «de la suficiente capacidad mental y/o intelectual y de aprendizaje» para el manejo de los lectores u otro sistema de comunicación de forma segura y eficaz; poseer un «nivel suficiente de conocimientos en cuanto a lectura y escritura» que les permita el uso del producto para comunicarse; disponer de «un entorno familiar o de otro tipo de supervisión externa» que favorezca un «uso adecuado y continuado» del sistema de comunicación; y, por último, tanto el usuario como sus cuidadores deben participar «en un programa de aprendizaje para su adiestramiento en el manejo de sistema de comunicación».

A domicilio. El contrato establece que el suministro debe garantizar la provisión de los materiales «a domicilio», ya que el préstamo es para el día a día del individuo. Algo que se debe a que esta medida es una prestación incluida en la cartera de servicios de la sanidad pública, dado que se considera que la pérdida de la capacidad de comunicarse agrava la situación de las personas afectadas por el trastorno neuromotor que lo causa. Así, se considera que la provisión de productos sanitarios como los lectores oculares puede permitirles «mejorar la relación con sus familiares y con su entorno social». Y a esto se añade que se reduce el aislamiento que conlleva la pérdida de la comunicación, tanto verbal como escrita, y que, por tanto, también ganan autonomía.

El pliego, disponible en la Plataforma de Contratación del Sector Público, explica que no es posible determinar con exactitud cuántos equipos ha de proveer la empresa suministradora, pero se ha estimado en la cifra final podría alcanzar los 30 por la evolución de este servicio desde que se puso en marcha en 2021, con 5 pacientes. 

El año pasado, en cambio, ya fueron un total de 19. Y en la memoria justificativa se especifica que «la tendencia es claramente alcista». Así que se ha estimado en una treintena la cifra de equipos.

El préstamo finaliza porque así lo desee el usuario que ha tenido acceso a él, porque incumpla los requisitos exigidos para poder emplearlo como prescripción o por fallecimiento, entre otras causas establecidas en el pliego.