Reabren 7 bares de Briviesca en 2 meses gracias a extranjeros

S.F.L. / Briviesca
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Los alquileres a bajo coste animan a los hosteleros, procedentes en la mayoría de casos de Latinoamérica, a instalarse en la ciudad. Se han creado unos 20 empleos

Reabren siete bares de Briviesca en dos meses gracias a la llegada de emprendedores extranjeros. - Foto: DB

La hostelería de Briviesca vive un momento de gloria tras la reapertura de siete locales en apenas dos meses, todos ellos gestionados por personal de otras nacionalidades que ha encontrado en la ciudad el lugar perfecto en el que echar raíces, emprender y generar una veintena de empleos. Los bajos precios de los alquileres tanto de viviendas como de locales invita a arriesgar, aunque para ello sea necesario además de disponer de capital, contar con la valentía que implica ser el jefe de uno mismo. 

La capital burebana se ganó la fama -que todavía conserva- al albergar una cantidad de bares, restaurantes y locales de ocio a los que acudían personas de toda la provincia. El área de fiesta, conocido como 'la zona', atraía cada fin de semana a cientos de vecinos de los pueblos de alrededor e incluso grandes municipios como Miranda o Burgos, que encontraban en la localidad el lugar ideal para divertirse. Tras años de decadencia y falta de personal para trabajar -un hecho que afecta a la hostelería en general- el sector ha sufrido un impulso palpable en cualquiera de las calles, ya sea en las más céntricas como en las alejadas del casco histórico. 

Bares de toda la vida, como el Amay´s, La Esquina, el antiguo Sildavia (ahora Caribe), Cheers, Carpe Diem o la taberna centenaria Quintana, bautizada por su nuevo inquilino como Pica Pollo Box, han abierto de nuevo sus puertas después de permanecer con la persiana echada meses e incluso años. De su gestión se encargan vecinos de procedencia extranjera, la mayoría de países latinoamericanos como Colombia, República Dominicana o Paraguay, que han apostado por iniciar una aventura en una ciudad con posibilidades. 

Actualmente funcionan 47 bares en la ciudad de Briviesca. Actualmente funcionan 47 bares en la ciudad de Briviesca. - Foto: S.F.L.

Todos ellos cuentan con experiencia tras la barra y en los fogones, por lo que la puesta en marcha no ha resultado tan complicada, aunque la competencia existente obliga a ganarse a la clientela desde el primer día. Norma Oviedo y su novio han tomado las riendas del Cheers y gestionan a la par el bar municipal de Quintanilla San García, mientras que la pareja formada por Carol Julisa González y Kevin Dubón llegan a Briviesca después de abandonar Rojas de Bureba. 

El grupo empresarial Vam estudió las posibilidades del único restaurante construido en el polígono industrial La Vega y arriesgó. El lavado de cara después de casi dos años sin ofrecer servicio llama la atención de los clientes al igual que la carta de comidas y cenas con la que disponen. Cinco trabajadores han firmado sus contratos y no se descarta ampliar la plantilla en caso de necesidad. 

Briviesca siempre ha sido considerada como tierra de oportunidades y después de superar los efectos negativos que dejó la crisis del ladrillo y después la pandemia, resurge de las cenizas y consigue hacer frente a la despoblación y romper con la tendencia de los últimos tiempos. En diciembre de 2023 alcanzó las 6.556 personas empadronadas, 152 más que en la misma fecha de 2022, y 42 nacionalidades correspondientes a 1.098 vecinos.

De los 54 negocios enfocados a la restauración que actualmente funcionan, 47 de ellos son bares y restaurantes, una cifra que se asemeja a las de los buenos tiempos. No obstante, desde la Cámara de Comercio recuerdan que existen varios locales renovados y clausurados a la espera de volver a recibir clientes, y otros no tardarán en cerrar debido a la jubilación de sus propietarios. 

Jueves de pincho-pote. Las tradiciones siempre son bienvenidas y aunque en este caso se hayan tomado prestadas del País Vasco, los briviescanos que disfrutan de compartir una consumición y degustar una tapa en compañía de amigos y familiares esperan con ansia a que llegue la tarde del jueves. El pincho-pote ha ganado fama gracias a los catalanes Ana y Andreu, que a pesar de que en su tierra jamás participaron en uno, son de los que piensan que hay que «proponer nuevas ideas».

En el bar Donosti elaboran más de 150 aperitivos, entre los que destacan los perritos calientes, hamburguesas, pimientos rellenos y cruasanes, y al precio de la bebida simplemente hay que sumar un euro. El ambiente está asegurado.

Norma Oviedo, bar Cheers.Norma Oviedo | Bar Cheers

"Me animé a gestionar el bar por su buena ubicación"

La paraguaya Norma Oviedo puede con todo. Tras dejar su país natal y dedicarse al sector de la hostelería en Bilbao durante años, probó suerte con el bar municipal de Quintanilla San García, cuya gestión funciona a las mil maravillas gracias a unos vecinos entregados y unos turistas generosos. Si bien, al enterarse de que el Cheers de Briviesca había bajada de nuevo la persiana no dudó ni un segundo en contactar con el propietario y presentar una buena oferta.

Desde hace apenas un mes, el mítico local que hace esquina en las céntricas calles Justo Cantón Salazar y avenida Príncipe de Asturias recibe a diario un "goteo constante de clientes", comenta con entusiasmo la hostelera, que apuestan por sus dotes culinarias para desayunar, comer o picar unas raciones. Entre sus elaboraciones destacan las empanadillas de carne de ternera y pollo y la variedad de tortillas de patata -con o sin cebolla, carbonara, con bonito o jamón y queso-, sin dejar de lado las pizzas y hamburguesas.

Desde las 7 de la mañana hasta las 21.30 o 22 horas se implica al cien por cien para que su público abandone el local con buenas sensaciones y repita experiencia. A pesar de que no ofrece un servicio de comidas y cenas como tal -se centra en servir raciones o comida que no requiera demasiada elaboración- sí que da la oportunidad a aquellos grupos interesados en reunirse para degustar un suculento menú casero bajo reserva.

Junto a su pareja trabaja para garantizar el bienestar y la comodidad de los usuarios. Con apenas tiempo libre, ha confiado a su hija la atención de la barra del negocio del pequeño pueblo burebano, al que acude siempre que puede para saludar a sus habitantes.

Carol Julisa González y Kevin Dubón, bar La Esquina.Carol Julisa González y Kevin Dubón | Bar La Esquina

"Las patatas bravas triunfan cada tarde y nos llenan el local"

El secreto del éxito de las patatas bravas caseras del bar La Esquina está en la salsa. Una receta misteriosa a la par que apetitosa de los anteriores hosteleros que al cumplir los 65 se despidieron de una clientela fiel y se encargaron de dejar en muy buenas manos un local mítico de la ciudad. Carol Julisa González y Kevin Dubón fueron los elegidos para tomar el relevo hace ya tiempo, e ilusionados por continuar ofreciendo el mejor de los servicios, se incorporaron al trabajo antes de tiempo para acostumbrarse al "jaleo que se forma a diario, sobre todo por las tardes", declara la emprendedora de nacionalidad hondureña. Sintió lástima al verse obligada a dejar la taberna de Rojas de Bureba, aquella que ha gestionado durante años, pero asegura que jamás se desvinculará del pueblo en el que "ha sido y es tan feliz". Reside a caballo entre la capital burebana y la pequeña localidad aunque el horario del nuevo negocio -abre a las 9 y cierra a las 22.30 horas- cada vez dificulta más la visita de rigor a sus antiguos clientes.

Los desayunos de las primeras horas, los almuerzos y vermús, las meriendas y los vinos de la tarde mantienen a la pareja bien entretenida, y mientras él realiza auténticos malabares para dar a basto en la barra ella se las ingenia en los fogones. A los pinchos comunes, tortillas y bollería se suman raciones, bocadillos, hamburguesas y sándwiches. Por ahora queda descartado ampliar la carta porque apenas dan "a basto ". Tal es el nivel de trabajo que han contratado a una empleada con el fin de aligerar las comandas.

La ubicación junto al colegio Juan Abascal, el centro de salud, la Plaza Mayor y el centro neurálgico de la ciudad convierte al bar en un importante punto de reunión.

Pedro Bencosme, Pica Pollo Box.Pedro Bencosme | Pica Pollo Box

"Mi especialidad es la comida de estilo americano"

Pedro Bencosme se considera un nómada. Sin embargo, la capital burebana descompuso sus esquemas y le cautivó hasta el punto de arrancar un negocio de comida rápida que pretende franquiciar. Pica Pollo Box se ha establecido en la antigua taberna centenaria Quintana, un pequeño local situado en la calle Marqués de Torresoto en el que uno puede tomar un ligero desayuno a partir de las 9 horas, comer y cenar hasta saciarse. Al igual que Ramoncín, este dominicano se ha convertido en el rey del pollo frito en la ciudad, y a pesar de que el listado de delicias van más allá de los nuggets, tiras, alitas, muslitos o pechuga rebozada, entre otras, los comensales podrán saborear todo tipo de productos de elaboración rápida típicos de un restaurante americano. Los aros de cebolla, jalapeños con queso, nachos o patatas fritas en todas sus versiones, ketchup, salsa barbacoa y kentucky nunca faltarán en el local. Tampoco los pequeños manjares de la dieta española tales como torreznos, croquetas y ensaladilla rusa, demandados por la clientela.

La propuesta de negocio se centra en que los consumidores realicen su pedido presencialmente o través del teléfono 661182041 y que lo prueben en sus domicilios. Si bien, el emprendedor ha habilitado una zona para que aquellos que opten por comerlo en el bar dispongan de un rincón acogedor para ello. "Cocinar los platos me lleva entre 5 y 7 minutos ya que el restaurante se caracteriza por un servicio de comida rápida", expone. Unos precios asequibles y una amplia gama de vinos y licores y otras bebidas hacen que el negocio haya cogido un buen ritmo en su primera semana. Con la llegada del buen tiempo la intención de Pedro es explotar una terraza.

Patricio, Erika, Luis y Nicol, restaurante Barandal.Patricio, Erika, Luis y Nicoll | Restaurante Barandal

"Somos el único restaurante que ofrece menús en el polígono"

Degustar un exquisito menú del día a la hora de las comidas y las cenas vuelve a ser posible en el polígono industrial La Vega. Los empleados de las fábricas, transportistas, vecinos y turistas cuentan desde hace apenas tres semanas con un nuevo emplazamiento en el que disfrutar de platos elaborados. Un renovado restaurante Barandal muestra su mejor cara con una barra repleta de pinchos desde primera hora de la mañana y una carta con cantidad de propuestas en formato menú del día o por platos individuales.

Patricio, Erika, Luis, Nicoll y Steven son los rostros visibles del local -de cara al público y en la cocina- que se esfuerzan de lunes a domingo en atender a los clientes. De media, reparten entre 50 y 60 menús y el objetivo planteado por la compañía Vam, que gestiona el negocio, es impulsar las cenas y las primeras copas de la noche. Para ello, cocinarán algunas recetas especiales típicas de Colombia -el país de los empleados- y otros países latinos, además de ofrecer a precios populares algunas bebidas.

Sin tener cumplido el primer mes de vida los trabajadores se muestran entusiasmados con la buena acogida del negocio, un hecho que les anima a dar lo mejor de sí con el fin de que los usuarios queden satisfechos. "Nos transmiten prácticamente a diario la falta que hacía un establecimiento de estas características aquí", declara a este periódico Steven, el encargado. Las puertas permanecen abiertas también los sábados (desde las 9 a las 23 horas) y los domingos (de 9 a 16) y los briviescanos y viajeros se dejan ver a la hora del vermú y en las comidas. Un espacio destinado a juegos de mesa, cartas y dardos hace todavía más atractivo el restaurante, situado en las naves Icapdea.