No será determinante para decidir el campeón de invierno y, ni mucho menos, dirimirá quién ascenderá a la Liga Endesa de forma directa allá por el mes de mayo, pero el encuentro que enfrenta hoy al Longevida San Pablo y al Movistar Estudiantes es el que todos los aficionados estaban esperando. Sin lugar a dudas, es el duelo más atractivo de la LEB Oro porque se miden frente a frente los proyectos más potentes y las mejores plantillas de la competición. El primero contra el segundo; los dos grandes candidatos cara a cara en un Coliseum que volverá a presentar el ambiente de las grandes citas.
Ambos conjuntos llegan al último compromiso del año en la zona alta de la clasificación. El San Pablo es líder en solitario con 12 victorias, mientras que el Estudiantes va segundo con un triunfo menos. Curiosamente, los dos perdieron en la última jornada ante el Gipuzkoa y el Coruña, respectivamente, dos equipos que se encuentran en el grupo perseguidor.
El San Pablo afrontará este choque con la baja ya conocida de Prince Ali por su lesión en el tobillo y con las dudas de Micah Speight y Luke Fischer. El base está atravesando un proceso gripal y el pívot arrastra molestias en el talón. De hecho, este último ya jugó con esa merma en San Sebastián y se espera que lo vuelva a hacer hoy por la importancia del encuentro.
El Estudiantes, por su parte, tampoco tiene la plantilla al 100%. Francis Alonso, su segundo jugador más valorado, tiene un problema en la rodilla y Michael Carrera ha sido sancionado esta misma semana con siete partidos tras un incidente al final del duelo contra el Coruña, pero su presencia no está descartada todavía porque el Estudiantes ha recurrido y podría conseguir la cautelar.
A pesar de las ausencias, tanto el San Pablo como el Estudiantes cuentan con jugadores de muchísimo nivel. Lolo Encinas, técnico azulón, tiene a sus órdenes a un bloque con mucho talento y muy comprometido en defensa. Tal vez, el plantel burgalés no tenga tantos nombres como el año pasado, pero ha demostrado una solidez que no tuvo durante la anterior temporada. Firmó una racha de 12 victorias consecutivas antes de perder en San Sebastián la jornada pasada.
El Estudiantes configuró en verano una plantilla con más estrellas y, de momento, no le ha ido mal. Solo ha perdido tres partidos, el último ante el Coruña, y tiene muchos recursos en su plantilla. Larsen, Wintering, Dee... todos son jugadores que saben lo que es ascender y conocen muy bien la competición. Cabe recordar que también cuentan con la experiencia del exazulón Carlos Suárez.
El San Pablo y el Estudiantes son muy peligrosos en el juego exterior y resultará clave quién marque el ritmo del partido con sus bases. En ese sentido, la lucha por el rebote se antoja fundamental para después poder correr y sacar a relucir el talento. El espectáculo está servido.
La Copa. Pase lo que pase en el Coliseum, ninguno tendrá asegurada su presencia en la Copa Princesa, aunque el San Pablo daría un paso de gigante, pues dejaría al Estudiantes, su más inmediato perseguidor, a dos triunfos de distancia con dos partidos de la primera vuelta por disputarse. Además, ganaría peso la posibilidad de ser primero y, por tanto, sede de la final.