El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, presentó ayer el 'Plan de contingencia para la época estival', que, en Burgos, prevé la contratación de 269 enfermeras: 203 en los tres hospitales públicos y otras 66 para los centros de salud y Puntos de Atención Continuada (PAC).
En el HUBU, en concreto, se firmarán 157 contratos de enfermería con distintas periodicidades para poder dar respuesta a las necesidades asistenciales del verano, que siempre es una época complicada por las vacaciones del personal.
De estos trabajadores temporales, 45 acaban de terminar el grado de Enfermería en la UBU, por lo que, según declaró el sindicato SATSE a este periódico hace solo unos días, el HUBU incorporará este verano a sus instalaciones al 75% de la promoción universitaria. Es decir, que solo 15 de los 60 alumnos que terminan se marcharán a otros centros sanitarios para iniciar su experiencia profesional como graduados.
Este dato es indicativo de la necesidad de enfermeros que hay en la capital, donde las autoridades sanitarias tratan por todos los medios de retener al mayor número posible de alumnos. Y, de hecho, tal es la necesidad que, tras años de negociaciones, la UBUaccedió a aumentar a 85 el número de plazas en este grado.
El resto de los contratos se firmarán en el Santiago Apóstol (Miranda) y en el Santos Reyes (Aranda), con 22 y 24 enfermeros con enfermeros incorporados a las plantillas en verano, respectivamente.
No se puede especificar si son más o menos que en otras ocasiones, dado que la Consejería de Sanidad no ha facilitado información de este tipo en años previos. Como tampoco solía especificar el número de camas que tenía previsto cerrar para 'optimizar' los recursos de personal en un momento en el que, habitualmente, baja la demanda de asistencia. Ayer sí lo hizo y, en el caso del HUBU indicó que cerraría 84, lo cual eleva la estimación del sindicato de Enfermería SATSE para el complejo (48 camas, en las que no incluían la planta de aislamiento, la H7, que se abre o cierra en función del volumen de ingresos de pacientes por covid). En los hospitales comarcales, de Aranda y Miranda, no se cierra nada, como ya había avanzado SATSE y ratifica ahora la Consejería de Sanidad.
El argumento para inutilizar camas funcionantes -y disponibles en caso de necesidad- es el mismo de otros años. Es decir, que la menor incidencia de las enfermedades respiratorias reduce la demanda de asistencia y se puede dar servicio con menos camas.