No fue una conducta aislada, sino un modus operandi habitual. Esto es lo que se desprende de la sentencia dictada contra dos hombres que estafaron con la compra de vehículos de segunda mano. Quedaban con el vendedor, con el que contactaban a través de internet, le hacían creer que le transferían el dinero al momento y se llevaban el coche sin pagarlo. El Juzgado de lo Penal número 3 les condenó a penas de entre 1 y 2 años y tres meses de prisión, un fallo que ahora ha confirmado la Audiencia Provincial de Burgos. 

Los hechos, que se dan por probados en ambas sentencias, se remontan al mes de enero de 2022. La primera de las víctimas de la estafa enjuiciada puso un anuncio en dos páginas web especializadas en ventas de segunda mano en el que ofertaba su coche, un BMW 520d. Los dos condenados se pusieron en contacto con él «actuando de mutuo acuerdo y con ánimo ilícito de obtener un beneficio patrimonial». A través de Whatsapp, concertaron una cita en un establecimiento hostelero ubicado en el Polígono de Villalonquéjar. 

Una vez allí, firmaron un contrato de compraventa por valor de 15.000 euros. Uno de los procesados enseñó en su teléfono móvil una imagen por la que, «con ánimo de engañarle», quiso acreditar que había realizado una transferencia bancaria por dicho importe. El propietario, creyendo que los dos estafadores actuaban de buena fe, les dio las llaves del coche y éstos se lo llevaron sin que realmente le hubieran pagado. Uno de ellos sí que realizó dos transferencias -una de 500 y otra de 300-, pero obviamente fueron cantidades muy alejadas del precio acordado. 

Apenas diez días después, el otro de los encausados volvió a las andadas con una operativa similar. Quedó con otro vendedor para celebrar un contrato de compraventa por un Alfa Romeo Stelvio. En este caso, el precio lo fijaron ambas partes en 29.000 euros. Igualmente, el ahora condenado le enseñó una imagen a través de su teléfono móvil para acreditar que en ese instante realizaba dos transferencias, una de 15.000 euros y otra de 14.000. 

Nuevamente, la víctima, actuando de buena fe y fiándose de que efectivamente esas dos transferencias eran reales y se habían efectuado, entregó las llaves del vehículo. Nunca llegaron a pagarle por él. Sin embargo, en esta ocasión, el procesado terminó siendo detenido por estos hechos días después en Villarreal (Castellón). 

El Juzgado de lo Penal número 3 condenó a este hombre a dos años y tres meses de prisión por un delito de estafa y uno a su compinche. Además, también les obligó a devolver de manera conjunta y solidaria la cantidad no abonada por el coche a la primera de las víctimas, es decir, los 14.200 euros restantes. Las defensas de estas dos personas presentaron un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial al entender que se había producido un error en la valoración de la prueba, pues consideraban que las cuestiones planteadas no eran suficientes como para quebrantar el derecho a la presunción de inocencia. 

Sin embargo, el segundo tribunal juzgador confirmó íntegramente el primer fallo. Por un lado, porque entendía que las declaraciones de la víctima eran acordes a las denuncias que interpuso en Comisaría y que presentó pruebas (el contrato de compraventa), para acreditar la estafa. Por contra, entendían que el testimonio del acusado aportó «versiones confusas».