Hay que retroceder a la primavera del 2020, en plena pandemia por coronavirus, para encontrar registros de polen de gramíneas en la capital más altos que los contabilizados por la Sociedad Española de Alergología en la estación del HUBU este mes. El máximo, hasta ahora, se alcanzó el día del Curpillos, con 117 granos de ese polvillo amarillo producido por espigas y maleza por metro cúbico; un valor que casi triplica el que los alergólogos considera 'alto' (50 granos por metro cúbico). Y según la Junta, la previsión se mantendrá, al menos, unos días más a pesar de la lluvia.
El 2024 está siendo complicado para las personas alérgicas al polen, ya que en invierno se produjo un pico inusualmente alto de los niveles de grano de cupresáceas (setos, cipreses y otras variedades arizónicas) y, ahora, se han disparado los de las gramíneas en comparación con lo registrado en primaveras anteriores. Una circunstancia favorecida porque en el pasado otoño e invierno no solo llovió algo más de lo habitual, sino que las temperaturas también fueron más altas. Y, así, a pesar de que la primavera ha registrado días muy fríos y precipitaciones, las gramíneas han polinizado y provocado mayor malestar en las personas sensibles a estas partículas microscópicas, que nada tienen que ver con la pelusa de los chopos.
La vicepresidenta del Colegio de Farmacéuticos de Burgos, Mayte Orive, explica que lo habitual es que esta situación se mantenga hasta finales de junio, pero en ocasiones -si llueve mucho y se frena la polinización- puede prolongarse durante los primeros días de julio. «Una precaución básica es ventilar a primera hora de la mañana, hasta las 10.00 horas como mucho, evitar los espacios abiertos o tumbarnos sobre césped, ir en el coche con las ventanillas subidas y tratar de no secar la ropa en las horas centrales del día, que es el momento de máxima polinización».
síntomas. La alergia al polen se puede desarrollar a cualquier edad y los síntomas habituales son: «Picor en la piel, en los ojos y en la garganta, sobre todo en el paladar, estornudos, goteo en la nariz, tos... Y en los casos más graves, ya, cuesta respirar», según Mayte Orive.
Quienes todavía no tienen un diagnóstico, pero si un malestar coincidente con el descrito por la farmacéutica pueden tratarse con alguno de los antihistamínicos que no requieren de prescripción médica y que aliviará el malestar al «quitarle todos los síntomas que afectan a los ojos y a la nariz; dejará de gotearle, de tener la rinorrea y los picores».
Si los síntomas continúan, en cambio, tendría que ir al médico de Atención Primaria para que valore otra medicación más específica y, llegado el caso, una derivación a Alergología del HUBU.