El mal firme multiplica el peligro en las carreteras de Burgos

G. ARCE / Burgos
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La circunvalación y las nacionales de Santander y de León son las grandes vías en peor estado entre las más usadas por los moteros, que exigen mantenimientos más habituales y profundos

Las motos son las que más sufren el mal estado del firme. - Foto: Alberto Rodrigo

Socavones, superficies deformadas, firmes rizados, cunetas peligrosas, quitamiedos sin protección, cruces peligrosos... El estado de conservación de la red de carreteras de la provincia -tanto nacional, como regional o local- deja mucho que desear y cada vez despierta un mayor malestar entre sus usuarios. Son 9.000 kilómetros en total, una parte de ellos en un estado «aceptable» de conservación, aunque alertan de que cada vez hay más tramos cuyo deterioro es evidente, alarmante y también peligroso.

El colectivo de los moteros, miles de aficionados locales y de provincias limítrofes que recorren Burgos por todos sus rincones, es uno de los que mejor conocen la red provincial y de los que más está avisando sobre su crítica situación. Su preocupación se centra en los daños que causa el uso cada vez más intensivo de los camiones y en unos mantenimientos y parcheos temporales de firmes que no resuelven problemas, los dilatan.

El peso del transporte pesado ha generalizado la proliferación de los blandones en toda la red, de los hundimientos longitudinales que siguen el trazado de las ruedas de los camiones, lo que distorsiona bruscamente la uniformidad del firme y provoca desequilibrios que pueden terminar en fuertes bandazos en un turismo o en caídas y salidas de vía en una moto. «Nosotros conducimos -literalmente- sobre la superficie que ocupan dos tarjetas de crédito, si falla una...», explica Salvador Carpintero, motorista que ha recorrido más de 250.000 kilómetros «solo y en solitario» por las carreteras locales.

A las deformidades provocadas por el tráfico de los camiones suma los mantenimientos «poco eficaces», en referencia a la proliferación del uso del slurry, el mortero asfáltico elaborado con gravilla y emulsión y aplicado en pequeños tramos, cuya duración es «muy limitada» y cuyo deterioro provoca el traqueteo constante en la dirección de los vehículos. Lo más eficaz, duradero y también costoso es la aplicación de la capa de asfalto en caliente nueva, método más caro y cada vez menos utilizado.

Carpintero y Eladio Calvo, uno de los moteros históricos y más reconocidos en el colectivo de las dos ruedas, puntualizan en que «hoy es posible moverse por toda la provincia sobre asfalto liso y en buen estado» pues, coinciden, las administraciones hacen un esfuerzo constante en una red de carreteras enorme, pero no es suficiente. Burgos cuenta, además, con la ventaja de organizar dos vueltas ciclistas y participar asiduamente en la Vuelta a España, lo que ha contribuido a la conservación de los tramos por los que discurren las pruebas.

«Dicho esto, es evidente y notorio que las 8 provincias limítrofes, especialmente las autonomías (Cantabria, La Rioja, País Vasco...), tienen mejores firmes con diferencia y mucho mejor conservados que los de Burgos», apunta Salvador Carpintero, integrante del grupo Apóstoles y que ha 'patentado' una ruta de más de 700 kilómetros que pisa las 8 provincias vecinas.

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