Bares, cafeterías y restaurantes viven estas semanas con toda su crudeza la paradoja actual del mercado laboral: ofrecen cientos de puestos de trabajo en barra, cocina, sala o terraza para los próximos tres meses, pero no hay personal suficiente -«ni de lejos»- para cubrirlos y mucho menos con cualificación. La carestía es tan grave que ya se ha generalizado entre hosteleros en los últimos 2 años el cerrar los negocios durante las vacaciones (que es temporada alta) «por la falta de personal».
El mal, puntualizan desde la Federación de Hostelería, se está agravando campaña tras campaña, aunque no es exclusivo de Burgos, afecta a todas las provincias y mucho más cuanto más dependen del turismo. «Sabemos que está ahí, pero no podemos cuantificarlo en toda su dimensión. Está claro que es imposible cubrir vacantes con los alumnos de las escuelas de hostelería y, desde hace años, tampoco con la gente joven que desea ganarse un dinero en verano, que cada vez son menos», puntualiza Enrique Seco, portavoz del colectivo.
Como referencia, durante el verano de 2023 la hostelería generó más de 5.000 contratos en Burgos, la mayor parte de ellos de camareros (4.000) y el resto de los cocineros y de ayudantes de cocina a partes iguales. Fue una campaña con los mismos problemas que la que se avecina y en la que se hubiesen firmado muchos más empleos si hubiese habido disponibilidad de personal.
En todos los bares y cafeterías de Burgos se recogen estos días currículum en barra o se exponen carteles de 'buscamos camareros'. Otra cosa es que lleguen y que toque la lotería de un aspirante con un mínimo de experiencia...
«El trabajador de verano es, principalmente, para un estudiante de vacaciones que quiere ganarse un dinero. El que busca empleo estable no viene ahora porque sabe que va a cubrir una vacante y en septiembre estará otra vez en el paro», explican los hosteleros consultados.
En el mercado local hay ofertas para elegir en barra, cocina o terraza pero, paradojas de los actuales tiempos laborales, «los jóvenes a los que tientan o no quieren trabajar todo el verano, o solo quieren trabajar de lunes a viernes exclusivamente y no les hables de noches o fines de semana». Algunos plantean hasta sus vacaciones para irse con los amigos a la playa...
Sí, hay demanda y mucha para los empleos puntuales durante los Sampedros (en las casetas) o para las fiestas de los pueblos, y es por una sencilla razón: «Saben que solo es una semana o dos a tope; las cobran y ya está hecho el verano...».
(La información completa y los testimonios, en la edición impresa de este domingo o aquí)