Tres meses y una semana después de que el Ayuntamiento firmara el acta de recepción de las obras de la plaza Santiago, aún persisten tres goteras de las que se desconoce su origen. Y un mes y una semana después de que el alcalde anunciara en el Pleno el encargo de un informe para disipar las dudas sobre si el cambio de pavimento se realizó conforme a normativa, dicho informe sigue sin conocerse. Lo que sí se supo ayer es que la decisión de modificar el firme para colocar aglomerado asfáltico en lugar de asfalto fundido pulido le supondrá a las arcas municipales un desembolso extra de unos 110.000 euros.
En el Consejo de la Gerencia Municipal de Fomento celebrado ayer se dio cuenta de que colocar un firme diferente al que se había proyectado supone un ahorro de 80.000 euros, pero esa decisión fue la que provocó, según explicó el concejal del área, Daniel Garabito, que se colocara esa segunda lámina de impermeabilización por la que ha habido que pagar 190.000 euros que inicialmente no estaba previsto desembolsar. Dicho de otra manera, esos 110.000 euros extra de la intervención harán que el Ayuntamiento vaya a pagar por el total de la obra algo más de 1,7 millones de euros.
No parece, por el momento, que esa segunda lámina de impermeabilización haya sido del todo efectividad ya que el agua sigue cayendo en el aparcamiento subterráneo que hay bajo la plaza.
La semana pasada, Garabito defendió que el problema de las fisuras que han aparecido en el firme de la plaza es básicamente «estético» y nada tienen que ver con las humedades. De lo que se deduce que el tratamiento que se está aplicando para cerrar esas pequeñas grietas es, a juicio del equipo de Gobierno, también estético.
Una de las hipótesis que se barajan y que ayer Garabito reiteró en el consejo es que el agua que cae por el centro de la plaza llegara de los respiraderos, pero aquí el concejal del PP, Jorge Berzosa, afirma que eso es imposible ya que precisamente la plaza se ha diseñado con una altura superior en la parte central para que el agua en superficie se deslice hacia el perímetro.
En cuanto al encarecimiento de la obra, parece que no obliga, al ser el importe inferior al 10% del coste total, a tener que aprobar un modificado. Otra cosa es si se debería de haber hecho un modificado al decidir que se colocara un firme en lugar de otro y al colocarse una segunda lámina de impermeabilización. Dos aspectos que no se contemplaban en el proyecto original.
Sobre ello tendrá que pronunciarse el técnico del área de Contratación al que se le ha encargado el informe. Garabito, replicando los argumentos de la dirección facultativa de la obra, defendió que se trataban de materiales equivalentes.
¿Habría habido goteras con el asfalto fundido? Lo que sí se sabe es que el cambio saldrá más caro.