Cada vez son más los madrileños que miran al parque de vivienda de segunda mano en Aranda de Duero como una opción de peso a la hora de invertir. Según constatan en varias inmobiliarias de la capital ribereña, hay un goteo constante de compras de pisos, que suelen reformar y luego ponen en alquiler. Estos inversores serían, mayoritariamente, particulares que buscan rentabilizar sus ahorros.
«En Madrid, por lo general, tienen que invertir un mínimo de entre 200.000 y 300.000 euros. Allí no se encuentra nada por 80.000 euros y aquí sí. Si alquilan esos pisos, sacan una rentabilidad», detalla Juan Carlos Ubis, gerente de la inmobiliaria Ubis, al tiempo que subraya que en los últimos meses han vendido «bastantes pisos a gente de Madrid». Según expone, en Aranda este tipo de adquisiciones en el sector inmobiliario requieren una menor inversión que en la capital española, «hay menos riesgo y más facilidad, y al final la gente busca dónde colocar sus ahorros». Por lo general, quienes compran viviendas en Aranda proceden de Madrid y en menor medida de Bilbao o Barcelona y la inmensa mayoría guardan algún tipo de vínculo con la capital ribereña. Es decir, que tienen raíces en esta zona.
En esta línea también se pronuncia la responsable comercial de Liverso, Isabel Martínez, quien destaca que existe un porcentaje de personas que apuestan por adquirir un piso en Aranda, motivados precisamente por las raíces familiares. «La tierra tira mucho, con la edad valoras cada vez más la calidad de vida y la tranquilidad que aporta una ciudad de un tamaño medio como Aranda», indica, mientras remarca que «hay mucha gente» que se marchó en su día ya sea para estudiar o por motivos profesionales, y «quieren tener su propio piso para poder regresar los fines de semana o para el futuro, ya que planean instalarse aquí una vez que alcancen la jubilación». A ellos se suman otros que compran para alquilar durante un tiempo, con la idea de obtener una rentabilidad y luego, cuando finalizan su trayectoria laboral en la gran ciudad, regresan a Aranda, retiran el piso del mercado y lo utilizan ellos mismos como vivienda principal.
Precio al alza. Al final, como apunta Martínez, la vivienda de segunda mano «siempre tiene demanda» ya que suele haber «mucha gente que quiere o necesita comprar de forma inminente y entonces esta es la opción, ya que la obra nueva conlleva otros plazos». Además, los precios son más económicos. No obstante, en este momento acumulan una tendencia al alza y, según portales como Idealista, el metro cuadrado ronda los 1.240 euros. Se trata del importe más alto de los últimos diez años.
Ahora bien, la responsable comercial de Liverso precisa que con los precios hay multitud de matices. «Puedes encontrar un piso de 70 metros sin ascensor por 30.000 euros y otro del mismo tamaño, pero con ascensor y ubicado en una zona demandada por 150.000». A su juicio, detrás de esta subida se halla el hecho de que apenas se ha construido obra nueva en los últimos años hasta que se aprobó el nuevo Plan General de Ordenación Urbana. «Si no hay oferta de obra nueva, lógicamente la segunda mano se dispara», concluye.