El sueldo de un maestro de escuela de mediados del siglo XIX en Burgos era de unos 3 o 4 reales diarios. "Prácticamente no podrían subsistir con él, por lo que se dedicaban a otras labores, como sacristanes, escribanos, secretarios o incluso a veces enterradores", explica Juan José Martín, que analiza en un libro el sistema de educación primaria de la provincia en aquella época de transición entre el Antiguo Régimen y el liberalismo. Se titula, precisamente, Más hambre que un maestro/a de escuela, porque "es cierto que literalmente estaban en el umbral de la pobreza", añade este doctor en Historia por la Universidad de Burgos, que subraya además la gran diferencia por sexos. "Las maestras y las niñas estaban muy marginadas", pues solo un 5% del total de las escuelas eran femeninas y en muchas se centraban en enseñar a bordar a las alumnas en vez de a leer y escribir, como evidencia la elocuente foto escogida para la portada.

Burgos contaba "con una red de escuelas impresionante, cerca de 800, pero eso no quiere decir que la educación fuese excelente", recalca Martín García, que además recoge las enormes diferencias entre el norte de la provincia, con ayuntamientos y regidores muy concienciados de la importancia de la educación, con escuelas importantes como las de Soncillo o Siones, y el sur y el oeste, zonas como la Ribera u Odra-Pisuerga, donde la riqueza de la tierra garantizaba el futuro a las nuevas generaciones y hacía que hubiese un menor interés por la formación de los hijos.

La diputada de Cultura, Raquel Contreras, ha presentado esta mañana la nueva publicación del investigador pradoluenguino, por cuyo trabajo ha mostrado su "admiración". La institución provincial ha editado 300 ejemplares en su imprenta, disponibles en las librerías al precio de 16 euros.

El libro recoge la situación de la enseñanza de las "primeras letras", como se llamaba entonces a la educación primaria, en 800 escuelas repartidas por la extensa provincia de Burgos entre 1840 y 1857, aproximadamente, con atención a aspectados como la tipología de las mismas, las diferencias entre el contexto urbano y rural, el grado de escolarización y la preeminencia de la educación religiosa sobre las ciencias aplicadas y de la masculina sobre la femenina, la formación docente de los maestros y la lentitud de su modernización pedagógica, así como el poder adquisitivo del magisterio burgalés.

El autor llega a la conclusión de que si bien en la clasificación nacional la alfabetización burgalesa ocupaba puestos notables, los criterios que medían la calidad de su educación primaria no fueron los óptimos y estuvieron alejados de los planteamientos ideales de universalidad, gratuidad y modernidad pedagógica preconizados por ciertos sectores del Liberalismo rampante.

El profesor del Área Historia Contemporánea de la Universidad de Burgos ha publicado otros libros, como De San Roque a Zubiaga, de San Antonio a Vizcarraya. Pradoluengo Patrimonio Industrial y Hubo un tiempo en que fingimos ser menos. La población de la provincia de Burgos a mediados del siglo XIX.