Los vecinos aplauden el 'necesario' golpe a la droga en Aranda

I.M.L. / Aranda de Duero
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Un amplio dispositivo de la Guardia Civil posibilita que los registros simultáneos en domicilios y garajes con perros adiestrados desmantelen varios puntos de venta de droga en Santa Catalina y El Ferial. Hay 5 detenidos y coches incautados

La Guardia Civil desmanteló ayer varios puntos de venta de droga al menudeo con una operación que se materializaba con registros simultáneos en varias calles de la Aranda de Duero, además de al menos en un par de fincas rústicas del extrarradio de la ciudad. Desde primera hora de la mañana de ayer, un amplio dispositivo de agentes del Instituto Armado, coordinado por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Burgos, movilizaba a efectivos de Seguridad Ciudadana, del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) y del Servicio Cinológico, con perros adiestrados en detección de drogas y dinero. El resultado de este despliegue, que aún no es definitivo, permitía la detención de al menos cinco personas, algunas de ellas con relaciones de parentesco, y cerca de una decena de registros bajo mandamiento judicial. En los registros se ha logrado incautar destacadas cantidades de droga, sobre todo cocaína y speed, además de dinero y objetos de valor como vehículos de lujo.

Los habitantes de los barrios de Santa Catalina y Ferial Bañuelos se topaban al salir a la calle con un amplio despliegue del Instituto Armado. «Mi marido ha sacado al perro a las ocho de la mañana y se les ha encontrado por donde el pabellón, en las calles de los Bloques», contaba una vecina de Santa Catalina. El tráfico en la calle Sol de las Moreras se llegaba a cortar para facilitar la actuación simultánea de los efectivos, que también se dejaban ver en el entorno de la calle Fuenteminaya de Ferial Bañuelos. «Aquí llevan desde las siete y media, es cuando yo los he visto al bajar de casa», apuntaba un vecino de la calle Los Monjes.

En este punto se ha llevado a cabo uno de los registros más largos, que ha durado más de tres horas, en dos garajes contiguos. Con la presencia de uno de los detenidos, y la ayuda de los perros del Servicio Cinológico, los agentes de la Benemérita han revisado a fondo uno de los locales, del que han sacado varias bolsas de pruebas y dos vehículos de alta gama (un BMW morado deportivo y un llamativo modelo Polaris rojo de tres ruedas, cuyo precio de mercado ronda los 34.000 euros). En las inmediaciones, este hombre también tiene un piso donde reside habitualmente, y que los agentes registraron a fondo, incluyendo el trastero, y un negocio en los bajos del número 9 de la calle Virgen de las Viñas.

Uno de los vehículos de lujo incautados ayer en Aranda por la Guardia Civil.Uno de los vehículos de lujo incautados ayer en Aranda por la Guardia Civil. - Foto: I.M.L.

A lo largo de todo el dispositivo, muchos vecinos pasaban por la calle Los Monjes o se asomaban a las ventanas para ver lo que ocurría, y la gran mayoría comentaban que «todos sabíamos lo que hay ahí dentro». «Uno demasiado joven, sin trabajo y con esos cochazos, no hace falta ser muy listo para saber de dónde sacaba el dinero», comentaba un vecino cuando regresaba a casa del trabajo. «Yo nunca lo he visto, pero mi hijo dice que tiene un coche de tres ruedas más largo que mi salón», se aventuraba a contar otra vecina, antes incluso de ver salir el Polaris del garaje.

Otras calles en las que se llevaron a cabo registros fue en Nuño Rasura y Santa Margarina, ambas de Santa Catalina, además de Torremilanos, en el Ferial Bañuelos, donde al parecer reside otro de los detenidos, y un establecimiento hostelero en la calle Carrequemada, que regenta esta persona desde hace años. Este local permaneció durante toda la mañana de ayer con la verja metálica echada y una pareja de la Guardia Civil vigilándolo, hasta que el resto del dispositivo se desplazó hasta ese punto para proceder a un nuevo registro. «Aquí se han plantado desde antes de que abriese yo y no se han movido en toda la mañana, pero ni ha entrado ni ha salido nadie», explicaba un comerciante de la zona.

Una vez pasada la sorpresa de toparse con el amplio dispositivo de la Guardia Civil en su calle, los vecinos de los barrios de Santa Catalina y Ferial Bañuelos mostraban su aplauso a una operación global para atajar «un mercado a la vista de todos». «Había veces que se juntaban aquí de 6 a 10 coches que venían a pillar», describía una vecina de la calle Los Monjes la 'procesión' de compradores en uno de los puntos de venta de droga.

«Ya iba siendo hora de que metiesen mano en esto, yo tengo hijas jóvenes y cuanto más limpien la calle, más tranquilos nos quedamos», expresaba una madre al pasar por uno de los registros. «Todo esto llama mucho la atención, pero hay que sacar la droga de la calle, es necesario», opinaba un viandante.

Los residentes en el entorno de alguno de los registros tampoco se sorprendían. «Era algo de esperar, el que vive aquí lleva toda la vida vendiendo droga y tenía que caer antes que después», comentaba un vecino de la calle Torremilanos (...).

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