Los consorcios del desvío y Villalonquéjar, que han servido desde hace dos décadas para gestionar los terrenos que quedaron liberados por las vías del tren y poner en el mercado suelo industrial para atraer empresas, respectivamente, ya son historia. Los consejos de administración de ambos, integrados por representantes del Ayuntamiento y la Fundación Caja de Burgos tras la salida de otras entidades a lo largo de estos años, se reunieron el jueves por última vez para acordar su disolución y el traspaso de todos sus activos (terrenos) y pasivos (deuda de 204 millones) a la administración local, que se encargará a partir de ahora de su gestión.
Aunque todavía quedan algunos pasos formales, la prioridad del Ayuntamiento es amortizar parte de la deuda, dado que cada día que pasa cuestan a la ciudad 20.000 euros en intereses o 8 millones al año. En un principio se habló de una cifra de 30 millones aunque finalmente podría llegar a los 40 e, incluso superarlos. De ellos, 30 millones serán con cargo a los recursos propios del Ayuntamiento (remanentes de tesorería) y el resto se sufragarían con dinero del fondo de reserva de los entes, unos 14 millones (algo más de 11 del desvío y 2,4 del de Villalonquéjar). «El objetivo es amortizar la deuda al máximo y luego sentarnos a renegociar con los bancos. La parte de los créditos que están a interés fijo se quedarán así (los del tramo B que ya asumía el Ayuntamiento) mientras que trataremos de rebajar los que afectan al tramo A (los que se pagaban con cargo a la venta del suelo», indicó el concejal de Urbanismo, Juan Manuel Manso, y consejero delegado para la transición durante el periodo que pasará desde que los consorcios se han disuelto y a su integración plena en el Ayuntamiento.
Tras la reunión del jueves en la que cesó el consejo rector, se espera que la segunda semana de julio se pueda firmar la escritura pública de disolución de los entes ante notario y los activos y pasivos pasen al Ayuntamiento. Manso celebró que todos los consejeros firmaran el traspaso de la gestión de manera unánime. Durante la reunión del consorcio del desvío también se acordó abonar los gastos de la instalación de un transformador eléctrico en la parcela T09, en la que se construye en la actualidad una torre, por un importe de 250.000 euros, al ser un compromiso adquirido cuando se vendió. También se tendrá que afrontar el pago de la deuda correspondiente a este año del consorcio de Villalonquéjar, que asciende a 5,77 millones de euros, de los que 2,7 son para la amortización del capital y 3 millones de euros. El fondo de reserva no era suficiente para afrontar el pago, pero ahora la abonará el Ayuntamiento una vez que ha asumido la gestión del ente.
Probur. La Sociedad de Promoción, rebautizada como Probur, asumirá la gestión de los consorcios, aunque lógicamente contará con la colaboración de las áreas de Urbanismo, Intervención y Tesorería municipal. En el pleno del consejo de administración celebrado hace unas semanas se modificaron los estatutos para que pueda asumir el nuevo cometido. También se acordó la contratación de un nuevo técnico. No obstante, desde la Fundación Caja de Burgos se ha ofrecido su total colaboración en este nuevo camino.
El consejero y portavoz del PSOE, Daniel de la Rosa, celebró el acuerdo y confió en que la gestión por parte del Ayuntamiento impulse las ventas y contribuya a reducir la deuda de estos entes.