La lista de espera para una primera consulta en el HUBU se ha reducido en el último año en 3.365 personas, que es una cantidad imperceptible en un total de 39.539, según datos oficiales de la Consejería de Sanidad. Es el cuarto trimestre consecutivo con una acumulación de visitas con el especialista en torno a las 40.000 y el balance de este verano evidencia la dificultad para regresar a las citas previas a la pandemia (26.096, a finales de septiembre del 2019), que entonces ya se consideraban muy malas.
Las estrategias empleadas hasta el momento para solucionar este problema consisten, básicamente, en el pago de peonadas a quienes desean atender a un número determinado de pacientes una vez finalizada su jornada ordinaria. Este periódico ha preguntado en reiteradas ocasiones en qué especialidades se han aplicado sin obtener respuesta concreta en la mayor parte de las ocasiones. Así, solo hay constancia de que empezaron a aplicarse en el verano del 2023, un año después que en quirófanos, en una decena de servicios: Alergología, Cirugía vascular, Cardiología, Endocrinología, Nefrología, Neumología, Oftalmología, Otorrinolaringología, Rehabilitación y Urología. El resultado dista de poder considerarse un éxito, porque es cierto que hay descenso (43.047 personas a finales de junio del 2023), pero irrelevante a efectos prácticos.
Tampoco ha habido grandes cambios en cuanto a la demora media, que se ha reducido en ocho días en el último año (de 107 a 99 días, de media y según la información oficial), pero que ha aumentado en cinco con respecto a la espera media que había cuando se empezó a aplicar la autoconcertación (94, a finales de junio del 2023) y en 14 si la comparación se hace con el último verano previo a la pandemia por coronavirus, que fue el del 2019.
Es decir, que si hace un año la gerente del HUBU ya admitía que la autoconcertación -denominación de las peonadas en la jerga técnica- no había dado «el resultado esperado» en primeras consultas, los datos corroboran ahora, una vez más, con una disminución insignificante para el volumen alcanzado y todavía no muy alejado del máximo histórico, que se alcanzó en marzo del 2023 con 43.082 primeras consultas pendientes.
Contención en cirugías. El verano es una época en la que siempre se ha producido incremento de la lista de espera quirúrgica, pero en el HUBU han conseguido contenerla y cerrar con cierta mejoría con respecto a mismas fechas del año pasado: 4.124 operaciones pendientes frente a las 4.991 acumuladas a finales de septiembre del 2023, siempre según Sacyl.
Más significativa es la demora media, que se reduce en 27 días en un año y es de algo más de tres meses (108 días). Este descenso es, incluso, más relevante que el total de operaciones acumuladas, ya que se traduce en rapidez a la hora de acceder al quirófano.
En este sentido, es una evidencia que el hecho de que se esté operando mañana y tarde en numerosas especialidades (cambiantes según las necesidades, pero tampoco precisadas por las fuentes oficiales) ha conllevado que cada vez se esté más cerca de recuperar la situación previa a la pandemia. En cuanto a demora media, el HUBUya está en esas cifras (110 días, a finales de septiembre del 2019) y en cirugías debe reducir en otras 600.