Julián Calero asegura que concluir su periplo en el Burgos CF fue una opción de peso durante varios días. Aunque prefirió escuchar a su corazón. «Pensé que no necesitaba más dinero para ser feliz», responde. Entiende que la entidad burgalesista aún puede dar algún paso hacia adelante, aunque también es consciente de que deben hilar muy fino si no quieren que el fútbol profesional les atropelle. Sabe que la clave estará en«acertar» y celebra que las circunstancias hayan mejorado con respecto al año pasado. Ese nuevo escenario convierte al Burgos en un destino más apetecible.Quiere aprovechar la baza de El Plantío, que piensa pueda hacer que algún indeciso se decante por el Burgos solo por vivir en primera persona el ambiente que se respira cada partido en el estadio burgalés.
¿Cuánto ha disfrutado esta temporada?
He disfrutado mucho. Uno de mis sueños era llegar al fútbol profesional como primer entrenador. Lo había probado en la faceta de segundo y sabía lo que era, pero quería conocerlo al frente de un equipo. Tenía dos caminos, responsabilizarme mucho, que lo he hecho, pero no disfrutar, o disfrutarlo. Decidí ir por la segunda senda y tratar de que la gente hiciera lo mismo que yo. Así que de 1 a 10, diría que he disfrutado un 9. No doy el 10 porque uno piensa que incluso podíamos haber hecho algo más, aunque siendo realistas creo que era muy difícil.
¿El gozo es mayor cuando ves que los de alrededor comparten esa alegría?
La ciudad ha recobrado el entusiasmo por el fútbol y eso es muy gratificante. Es bonito haber sido partícipes de ese renacimiento de la ilusión, que la gente hable del equipo, se sienta orgullosa, que los niños lleven la camiseta del equipo… Es fundamental y ahora tenemos la responsabilidad de seguir dándoles todo eso.
Julián Calero, entrenador del Burgos CF. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso¿Con qué momento se queda?
Me quedo con todo el paquete, pero ha habido momentos bonitos como cuando la gente ha coreado mi nombre en otros estadios como Anoeta, La Romareda o el Carlos Tartiere. Con esas cosas se me caen las lágrimas porque soy muy sentimental. Eso también me pasa cuando cantan mi nombre o cuando veo esa fusión con los aficionados. Eso me lo llevo para toda la vida. Esa vuelta al estadio que dimos en el último partido es impagable. Fue algo increíble. Cuando vine a Burgos no me esperaba esto y estoy viviendo momentos únicos.
¿El mayor de los peligros es que el listón está demasiado alto después de estas dos últimas temporadas?
Es difícil estar tres temporadas consecutivas en un equipo porque nos cansamos muy rápido de todo. En el mundo del fútbol creemos que cambiando el entrenador cambiará todo. Hemos realizado dos temporadas fantásticas. Lo que el equipo ha conseguido en este curso es también muy importante, con unos datos notables y estando por encima de equipos mucho más poderosos. El reto ahora es hacer bien las cosas y tenemos un mes por delante en el que debemos trabajar mucho. Creo que la gente, mínimo, disfrutará como esta temporada, porque vamos a tratar de mantener lo bueno que hemos tenido y mejorar en lo que hemos estado mejor.
Cuando los equipos visiten El Plantío tienen que saber que vienen al dentista, pero a uno malo que les va a hacer daño»
¿El éxito de este proyecto le debe mucho a El Plantío?
Todos los jugadores y entrenadores que han venido han quedado encantados con El Plantío. De hecho he bromeado con algún futbolista y le he dicho que se tenía que venir con nosotros para disfrutarlo. Existen los límites salariales y diferencias importantes entre unos presupuestos y otros, pero si en un sitio estás a gusto no te vas a otro porque te den un poco más y eso es lo que debemos aprovechar.
¿Cómo de cerca estuvo Julián Calero de salir del Burgos?
Existió la posibilidad de marcharme. Hubo un equipo en Italia y tres españoles de Segunda que pretendían ficharnos. Pero después de darle muchas vueltas, sobre todo con mi familia y mis amigos más íntimos, decidí continuar. Les conté lo que siento aquí y lo a gusto que me encuentro. Todo eso no quería que fuera por detrás del dinero o del proyecto deportivo. Decidí que aún podíamos crecer aquí. Sé que es difícil, porque el dinero es lo que hace que progreses en el fútbol, pero dentro de los clubes que no tienen mucho dinero influye el acertar, la gestión, el trabajo, el día a día y la optimización de todos los recursos. Hubo posibilidad de salir y una de ellas estuvo muy cerca, pero estoy muy contento de haberme quedado.
¿La decisión la tomó el corazón y no la cabeza?
Fue una decisión con el corazón. Había gente que decía que no podía hacer mucho más en Burgos después del ascenso y de esta temporada. Pero pienso que podemos dar algún paso adelante más y aquí me siento bien. Pensé que no necesitaba más dinero para ser feliz y quiero ver si en este tercer año somos capaces de hacer más cosas.
¿El próximo mes el más importante de todo el año?
Es más importante que cualquier otro. Con diferencia es el más crucial, porque si no te equivocas tienes mucho camino recorrido para alcanzar los objetivos. Vamos a necesitar acertar y realmente creo que podemos hacerlo.
Los dos primeros partidos de Liga tuve un sentimiento de inferioridad y me planteaba cómo íbamos a poder sacar 50 puntos»
¿El equipo debe dar un paso adelante en el terreno ofensivo?
Sí, aunque es complicado. Hay que tener en cuenta que el equilibrio es importante. No podemos pasar de ser el equipo menos goleado al más goleador. Nos vamos a seguir basando en la solidez, porque esa es una de las señas de identidad del Burgos. Cuando los equipos visiten El Plantío tienen que saber que vienen al dentista, pero a un dentista malo que te va a hacer daño. Luego vamos a ver si somos capaces de ser más agresivos con balón, meter más gente en campo rival, ser más atrevidos, tener más calidad para finalizar… Eso nos puede dar un punto extra. Hemos marcado poco, pero en la compensación estamos bien.
¿Cuando el presupuesto es ajustado la teoría de la manta -si te tapas los pies se te queda descubierto el pecho y al revés- hay que tenerla muy presente?
Sí, pero vamos a tratar de abusar de El Plantío. Igual ahora hay gente que por un poco menos dinero quiere venir a jugar a este campo. Las circunstancias han cambiado con respecto al año pasado y con el mismo dinero podemos jugar con otras armas, que son las que pueden convencer a los jugadores. Si las ofertas son cercanas, igual el futbolista elige el sitio donde va a jugar delante de 10.000 personas.
¿Y las cesiones también serán más fáciles?
Seremos un equipo más atractivo para ese tipo de jugadores y estamos mejor posicionados que el año pasado, aunque hay que tener cuidado con los cedidos. También hay que atinar y nosotros queremos algún jugador cedido, pero no muchos. Tienen a favor que quieren demostrar, pero cuando llega la hora de la verdad saben que vuelven a su club. Cuando hay que dejarse la vida saben que regresarán. Michu está hablando con varios clubes de Primera porque hay jugadores que podrían interesarnos, pero nunca más de dos o tres.
¿El objetivo es hacer un equipo rocoso y que corra más que el rival?
Queremos tener un equipo que gane duelos, que trabaje, que tenga más pierna para poder correr y que gane duelos. Los hemos tenido este año, pero creemos que podemos mejorar esas prestaciones. Tenemos que tener claro quiénes somos y no vamos a cambiar ni nuestro estilo ni nuestra idea. Esperamos que el Burgos sea el mismo que este año, pero mejorado. Si ahora diéramos un volantazo el primero que se equivocaría sería yo. Lo que queremos es generar unos patrones para que la gente sepa a qué tipo de equipo viene. Es fundamental tener una identidad.
Vamos a tratar de abusar de El Plantío. Igual ahora hay gente que por un poco menos dinero quiere venir a jugar a este campo porque sabe que habrá 10.000 personas»
¿El equipo ha rendido esta temporada por encima de lo esperado?
Ha habido puntos de inflexión. Al principio todos teníamos dudas. Los dos primeros partidos tuve un sentimiento de inferioridad y me planteaba cómo íbamos a poder sacar 50 puntos. El primer punto de inflexión es Valladolid y nos empezamos a dar cuenta que podemos hacer cosas. Poco a poco vamos ganando el espacio y pensando que vamos a estar abajo. Sin embargo vamos cogiendo fuerza en El Plantío y llega el otro punto de inflexión, que es la victoria ante el Oviedo en el Tartiere. Llegó un momento en el que nos vimos hasta cerca de los play off e internamente lo intentamos, aunque no quisimos lanzar el mensaje al exterior para que nadie se equivocara. Al final el fútbol nos puso en nuestro sitio. Hemos estado al máximo nivel.
¿Qué ha cambiado de aquel primer partido en El Molinón al que se jugó el pasado domingo ante el Girona?
La mejoría que hemos experimentado, la mayor madurez lo ha hecho el correr de los días. Nos hemos ido encontrando más seguros. El equipo ha crecido porque poco a poco se ha sentido más seguro. Hemos solucionado ciertos déficit, aunque ha sido más fácil en la estructura defensiva que en la ofensiva. En ataque dependes de la calidad individual en los metros finales. Tenemos unos patrones en tareas ofensivas, pero luego son los futbolistas los que deciden. También la clasificación nos ha ido dando oxígeno jornada a jornada.
¿Llega la hora de tomar decisiones desagradables con jugadores que en el pasado han dado mucho al equipo?
Es muy doloroso. Espero que la gente despida a todos con cariño, porque sin excepción se han dejado la piel. Aunque esto es la vida. Como ha dicho Michu, el 50 por ciento del equipo cambiará. Veremos a ver si acertamos en mucho, que es de lo que se trata. Es muy desagradable todo esto y la parte más fea, pero una vez que se den las bajas hay que ilusionarse mucho con cada jugador que vaya llegando.
También habrá algunos que se vayan, aunque el área deportiva desearía que continuaran.
Eso también lo sabemos. Michu ha hablado con todos y hay jugadores que es difícil que renueven porque han sido tentados por buenos equipos. Aunque también el Burgos debe estar orgulloso de que lleguen a mejores sitios. Igual otros pueden pensar que el Burgos puede ser un trampolín para llegar más arriba y eso nos puede venir bien ahora.