Zatorre suspira por su nuevo 'barrio'

D. ALMENDRES / Burgos
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El solar que preside el entorno de Santa Clara es una de las esperanzas para atraer vecinos jóvenes. El sector se adapta a las circunstancias surgidas tras el reciente adiós de la antigua barriada. Cuatro comerciantes valoran el presente y el futuro

Un gran solar preside ahora el entorno de Santa Clara a la espera de la nueva promoción. - Foto: Patricia González

Mucho antes de que las retroexcavadoras convirtieran en polvo la manzana ubicada en la barriada de Zatorre el pasado mes de febrero los comerciantes de la zona movieron ficha para adaptarse a una circunstancia que no solo cambiará la fisonomía de la calle Santa Clara, sino los usos y costumbres de la zona.

Todos los factores socieconómicos explican la metamorfosis de una ciudad y esta zona histórica del mapa local no escapa de los problemas y circunstancias que afectan al comercio en los cuatro puntos cardinales. La aceleración de la regeneración urbanística es decisiva para rejuvenecer los barrios y reactivar así la actividad económica y en eso están en Martínez Zatorre.

Los profesionales lo tienen claro: «un barrio sin comercio es un barrio muerto». Para eso se necesita la presencia de vecinos y la construcción de las 125 viviendas de alquiler social proyectadas en el solar resultante del derribo es un acicate fundamental para el futuro.

La cuestión no se resolverá de forma inmediata. El inicio del nuevo proyecto se encuentra a la espera de los nuevos cálculos financieros, ya que la inversión prevista superaría los 13 millones de euros y se ha encarecido respecto al plan inicial.

Vecinos y profesionales asumen la situación, pero el comercio apremia a encontrar lo antes posible la respuesta adecuada para que el nuevo edificio sea 'pronto' una realidad. Los negocios que en su día moraron la manzana levantada hace 70 años se han reubicado en el radio más cercano posible para no perder a su clientela de siempre, una apuesta por el entorno que ha encontrado la respuesta deseada.

Cada uno con sus circunstancias y características, el derribo de la barriada se suma a otros condicionantes que llevaron a cerrar varios locales comerciales y oficinas bancarias en los últimos años. «Hasta 10 cuento de memoria», matiza Jesús Corcuera. El responsable de la Tapería Santa Clara discrepa con la opinión de un cliente y vecino de la zona que anticipa «para agosto» el inicio de los trabajos. «Vamos a ver cuándo empiezan y a partir de ahí dos años...», calcula en esa charla improvisada.

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