Más de mil personas se concentraron en la tarde de ayer en el parque Antonio Machado para rendir un último homenaje a Yago, el niño de 13 años que murió el sábado tras ser atropellado en la Parte Vieja de Miranda. Entre los asistentes, muchísimos adolescentes que quisieron acercarse a despedir con un sentido aplauso a su amigo. «Era un chico muy alegre, se llevaba bien con todo el mundo porque era muy amigable y te reías mucho con él», aseguraban sus compañeros de equipo del Casco Viejo, club en el que jugaba como portero.
«Estuvimos el día antes dando una vuelta por ahí con él», recordaban intentando contener las lágrimas y sin acabar de creerse una noticia de la que se enteraron a los pocos minutos por las mismas redes sociales que sirvieron como plataforma para convocar el acto de ayer. «Era lo mínimo que podíamos hacer. No tenemos otra forma de juntarnos todos y recordarle», apuntaban.