El que podría ser el cuarto macroproyecto de energía solar fotovoltaica de la comarca de Merindades y el de mayor envergadura, después de los tres que ya han superado la evaluación de impacto ambiental en el Valle de Tobalina, planea ocupar 317 hectáreas de cultivo de herbáceos al norte de Villarcayo distribuidas en 16 recintos vallados, muy juntos unos de otros. Muy cerca de la urbanización Campo de Aviación y a solo 600 metros de Salazar, que quedaría al suroeste de la planta, el proyecto se encuentra en una fase muy preliminar de su tramitación, en la consulta pública de procedimientos de determinación de afección ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica.
Por ello, los promotores del mismo solo han presentado un resumen ejecutivo de los posibles impactos y afecciones ambientales que podría tener esta planta y la línea de alta tensión de 25,9 kilómetros, que en su práctica mayoría iría soterrada y por la que se evacuaría la energía eléctrica hasta la subestación colectora del puerto de La Mazorra. La breve descripción del proyecto, que se ha presentado ante el Ministerio y en el que no aparece citada la empresa promotora del mismo, avanza que persigue instalar 290.752 módulos o placas fotovoltaicas conectadas en series de 28 con una potencia total de 164,2 megavatios. Dentro de las instalaciones también se prevé una subestación transformadora que se conectará con las placas mediante «circuitos enterrados».
Esta subestación se conectará con una línea de alta tensión que saldrá en dirección a Villarcayo y Villalaín para continuar por el Valle de Manzanedo hasta el puerto de la Mazorra, donde tocará suelo de la Merindad de Valdivielso y Los Altos. Salvo cuando pase por encima del río Ebro, el planteamiento es que sus casi 26 kilómetros sean subterráneos aprovechando caminos en la medida de lo posible, para que la excavación de zanjas afecte en menor medida a los montes por los que podría transcurrir.
Los promotores de la macroplanta que se quiere encajar entre Casillas y Salazar por el oeste; Mozares y Campo, por el este, Villanueva La Blanca, por el norte, y Villarcayo por el sur, solo observan impactos moderados o compatibles a nivel medioambiental y, en ningún caso, severos o críticos.
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