Cubo está de moda. A diferencia de la mayoría de los pueblos de la provincia que luchan por frenar una despoblación que ha cogido demasiado impulso, la localidad burebana vive la tendencia contraria. La demanda de vivienda por parte de jóvenes con intención de independizarse y de familias con hijos interesadas en establecerse ha provocado que el Ayuntamiento se haya planteado reformar dos pisos situados en la planta alta de las antiguas escuelas.
La Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, se ha involucrado en la recuperación de los apartamentos deshabitados desde hace décadas como viviendas de alquiler social. Esta acción, que forma parte de las diversas actuaciones que engloban el programa Rehabitare, cuenta con una subvención de 69.700 euros que el Consistorio empleará para ejecutar una restauración integral.
La idea que sostiene el equipo de gobierno local, liderado por Roberto Cabezón, contempla derribar el interior y reordenar los espacios, aislarlos, amueblar las cocinas y renovar las instalaciones de electricidad, calefacción y fontanería. Una de las viviendas contará con un dormitorio y la segunda, de mayores dimensiones, con dos. La licitación del contrato de las actuaciones de reforma se encuentra abierta y las empresas que pretendan ejecutarlas podrán presentar sus ofertas en el Ayuntamiento hasta el 22 de mayo.
«Candidatos para habitar ambos pisos no nos faltan», declara con cierto orgullo el regidor. «Un mecánico que trabaja en la zona pretende instalarse en Cubo con su mujer y su hijo, el problema con el que nos topamos ahora es que ha venido tanta gente en los últimos años que no hay casas disponibles para alquilar, y eso que los precios están a la par que en Briviesca, sobre los 300 o 400 euros al mes», añade. Adquirir una casa, aunque sea antigua y requiera una rehabilitación, tampoco resulta una tarea sencilla. El hecho de que el Consistorio subvencione el precio de la licencia de obra mayor anima a que los propietarios acondicionen las viviendas y ello ha desencadenado en la desaparición de todos los carteles de 'se vende'.
Por otro lado, el municipio presume de contar con una población «muy joven» respecto a otros de la zona, atraída por los servicios existentes. De los 80 vecinos que residen a diario, 11 son menores de edad, y 10 tienen más de 75 años. Además de disponer de asistencia médica dos días a la semana y de enfermería cuatro, cuentan con un supermercado abierto de lunes a sábado, bar, farmacia, pista polideportiva cubierta, columpios y un área de estacionamiento para autocaravanas. «Esto llama la atención. Tenemos prácticamente todos los servicios cubiertos y un buen ambiente para criar a nuestros hijos», declara el alcalde.
Los jubilados que proceden de la localidad, pero también algunos que nada tienen que ver con ella y que solo han escuchado su nombre también muestran interés en mudarse. «En la mayoría de los casos buscan una residencia para pasar temporadas, pero acaban quedándose todo el año», expone Cabezón. Asimismo, un porcentaje muy elevado de casas se encuentran habitadas los fines de semana del año, no solo en vacaciones. Con intención de organizar actividades para fomentar el ocio y la cultura, un grupo de vecinos pretende fundar una asociación juvenil.