Buscan al pirómano de la Bureba

S.F.L. / Prádanos de Bureba-Revillagodos
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Dos fuegos deliberados devoran 12 vehículos y toneladas de paja con pérdidas millonarias. Los bomberos de Briviesca no pudieron hacer nada por salvar la mercancía en los almacenes de Prádanos y Revillagodos

Los dueños de los almacenes se enteraron de los sucedido 4 horas después de generarse los incendios. - Foto: Alberto Rodrigo

Dos fuegos intencionados en dos naves agrícolas ubicadas en los términos municipales de Prádanos de Bureba y Revillagodos, separadas entre sí por seis kilómetros, arrasaron en cuestión de horas unos cinco millones de kilos de paja almacenada y doce vehículos agrícolas. El Servicio de Emergencias 1-1-2 recibió minutos antes de las 2 de la madrugada de ayer el primer aviso alertando de los sucesos (a lo largo de la noche y la mañana más de 50) y contactó de inmediato con los Bomberos de Brivieca, que se personaron en ambas localidades poco después sin poder hacer nada para extinguir los incendios.

Rubén Monasterio, propietario del almacén ubicado en el punto kilométrico 274 de la N-I -junto a la rotonda de Prádanos- se topó con unas «imponentes llamas» a las 6 de la mañana, hora a la que acudía a trabajar, y comprobó in situ como los dos millones de kilos de paja acumulados eran insalvables. «El fuego es intencionado al cien por cien», denuncia el afectado, «el autor o autores de los hechos prendieron también los dos montones que tenía en el exterior. Uno se lo tiene que pensar mucho y la incertidumbre siempre está ahí, ¿quién me dice que si construyo una nave nueva no me la vuelven a quemar?», se pregunta. De momento no ha pensado en el futuro ni calculado las cifras a las que ascienden las pérdidas económicas, pero sí ha interpuesto la denuncia pertinente.

Peor parados han salido los hermanos Jorge y Salvador Viena, a los que las llamaradas les han arrebatado una nave construida hace veinte años en la que reunían tres millones de kilos de paja, 50.000 kilos de cereal y otros 50.000 de pipa, y un pabellón anexo en el que guardaban maquinaria agrícola. En total, doce vehículos -un camión, una pala cargadora, dos segadoras de forraje, dos empacadoras, tres sembradoras, tres tractores (uno de ello comprado hace un año), aperos, rastrillos, cultivadores y un largo listado de herramienta- quedaron reducidos a cenizas. Otra de las perdidas personales más sufrida ha sido la de un perro que custodiaba el almacén y que en el momento del incendio descansaba suelto en el interior. Los bomberos nada pudieron hacer por salvar su vida a pesar de que cuando accedieron al recinto después de cortar el candado de la verja de entrada escucharon sus ladridos.

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