«Una plaza acoge a todos por igual»

J.M.P. / Burgos
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Son el centro de la diversión. Ágoras que albergan el alma de la fiesta, en las que se exalta la alegría y el buen humor. Dani Arce, 'el bailongo' se las conoce casi todas

Dani Arce, ‘entrenando’ en la plaza Nueva de Gamonal, donde está programada una verbena el día 3 de julio. - Foto: Alberto Rodrigo

ADani Arce también le conoce el personal como el 'bailongo', o el 'rey de la plaza'. Es un personaje habitual en las verbenas de los pueblos de la provincia y de la capital. Se hizo famoso en vísperas de los Sampedros de 2022, cuando le hicieron llegar el pdf del programa de las fiestas mayores de la Cabeza de Castilla y se percató de que «únicamente había una verbena programada». Comenzó entonces una 'batalla' contra la Concejalía de Festejos a través de las redes sociales, donde reclutó un ejército de fieles, que terminó doblando el pulso hasta el mismísimo alcalde, Daniel de la Rosa, que tuvo que rectificar e incluir varios bailes populares en la agenda de actividades de los festejos de ese año. «De no ser por esa movilización posiblemente las verbenas habrían desaparecido de los Sampedros a día de hoy», recuerda.

De aquella batalla salió triunfador y por eso en este reportaje puede posar en uno de sus lugares favoritos: una plaza. «Las plazas fueron creadas para el encuentro cotidiano, una plaza acoge a todos por igual sin entender de edad, procedencia, religión, nivel social... Es el escenario perfecto para celebrar los actos que buscan los objetivos del alma festiva como: generar unidad, favorecer las relaciones sociales, exaltar la alegría y el buen humor...», así de claro lo tiene Dani. 

Es en esos espacios donde le ubica la gente, porque es allí donde exterioriza, a través del baile, los sentimientos y objetivos del espíritu festivo, que es lo que de verdad le motiva. Acostumbra a compartir plazas con muchos jóvenes, también habituales de las verbenas, aunque no compartan su pasión por los pasodobles y otros ritmos de los de toda la vida. «Son la mejor opción para socializar en masa y conocer gente nueva. Además es gratis, todo el mundo tiene cabida en ellas y abarcan gustos musicales variados. Aunque sí que es cierto que la mayoría de jóvenes tienen un concepto distinto al que tengo yo. La mayoría van a pasar el rato en torno a un macrobotellón amenizado con música. Yo voy a celebrar el sentido de la fiesta de una forma sana y responsable, porque ni bebo, ni fumo, ni me drogo, ni alargo la noche demasiado».

Para este reportaje ha posado en la Plaza Nueva de Gamonal, donde el día 3 de julio está programada una verbena de la orquesta Gard3n, pero tiene claro cuál es el mejor lugar donde echar un baile. «Sin duda, la plaza de Virgen del Manzano, por su ubicación céntrica, por su amplitud y sobre todo por tener buen firme para bailar». Y tiene también claro cuáles son los peores lugares. «Descartaría por completo la plaza de San Juan, su suelo es pésimo y la mayoría de gente que va a bailar suele quedarse en el lateral junto a la biblioteca, que es el único sitio donde se puede bailar bien. También descartaría el solar de San Pedro de la Fuente por el mismo motivo, allí casi nadie se atreve a bailar».

La lista de éxitos. Dani es de gustos sencillos. Huye de los despampanantes escenarios que no caben en las plazas. Él es más partidario de discomóviles u orquestas pequeñas. «Suelen mantener mucho mejor la esencia de la fiesta y la verbena, interactúan más con la gente, tienen un repertorio más alegre y divertido, se preocupan en generar unidad y de despertar el buen humor del público. La gran mayoría de orquestas grandes están perdiendo el enfoque festivo porque se centran en generar un espectáculo visual y en un repertorio comercial destinado más a amenizar un botellón que a generar unidad y despertar alegría y buen humor».

A él lo que le importa es el fondo, no las formas, la esencia de la verbena. Tiene su lista de grandes éxitos, o de estilos, que no pueden faltar una noche de bailoteo. «El repertorio perfecto sería aquel en el que se incluyan únicamente estilos creados para bailar variados, alternados, sin popurris y sin abusar de ningún estilo concreto, con equilibrio entre ellos: pasodoble, rumbas, merengues, cumbias, chachachá, vals, rancheras, bachatas, salsas, bilbainadas, rock, reggaeton, techno... Lo intercalaría con coreografías y canciones hechas específicamente para la fiesta, para exaltar el buen humor y generar unidad como: El Polvorete, El Flow de la Cucaracha, Paquito el Chocolatero, No Rompas Más, Aserejé, Bomba, la Macarena... . Y por supuesto, no puede finalizar ningún baile de tarde sin una jota castellana e incluso pondría al menos una en la verbena para fomentar nuestra cultura. Además desterraría el Pop no bailable y lo dejaría para la radio, conciertos o bares, porque no me encaja en el concepto de verbena».

Como buen verbenero, Dani recuerda aquellos tiempos en los que era costumbre que los mozos sacaran a las mozas a bailar, y dada su experiencia en la materia era oportuno preguntarle si todavía se lleva o si ya está totalmente desfasado. Responde que entre los jóvenes es una práctica casi nula, «por desgracia, pero es algo muy bonito. Hay gente adulta que todavía lo hace. Yo sí que lo practico, pero soy una excepción en mi generación y mi motivación no es la misma que hace décadas. Antiguamente esta práctica era utilizada habitualmente para ligar, yo lo hago porque me gusta el pasodoble, el vals, las rancheras y las bachatas. Estos estilos son de los que mejor se me dan y sin otra persona no puedo hacerlo, así que no me queda otra que sacar a bailar a las mujeres, aunque a veces son ellas las que me sacan a bailar a mí, yo lo hago con gusto pero sin ninguna motivación más allá de disfrutar del baile y socializar. Lo ideal sería tener una compañera fija con los mismos gustos, pero no es fácil encontrarlo en generaciones cercanas a la mía», afirma 'el bailongo'.

Sin descanso. La campaña del 'rey de las verbenas' comienza pronto, ya que casi todos los fines de semana del año hay fiesta en algún pueblo. La época más fuerte va de la Cruz de Mayo a la Virgen del Pilar. «Yo contabilizo una nueva temporada a partir de la festividad de San Rafael Arnaiz (G-3), por ser la primera fiesta en la que comencé la temporada de mi primer año, ya voy por la decimotercera». 

Su particular gira le ha llevado a recorrer toda la provincia. «Mi récord está en 222 pueblos en un año, pero no estoy todos los días de fiesta, algunos fines de semana puedo llegar a superar la decena de pueblos porque siempre he sido muy ordenado y soy muy bueno organizándome, escojo lo que quiero ver en cada momento del fin de semana. Eso sí, no en todos los pueblos voy a bailar, voy a actos muy variados tanto de mañana, como de tarde o de noche, porque reitero que mi afición es vivir el espíritu festivo aunque mi faceta más conocida sea la del baile». 

Es tal su compromiso con ese espíritu que ha llegado a convertirlo en algo que le trasciende. «Lo llevo de un lado a otro como un misionero de un sentido festivo que se está perdiendo en muchos lugares, lamentablemente». Hace falta que su grey crezca para que el baile y la alegría no se pierdan nunca y que las plazas sigan siendo ese lugar tan democrático que tanto le gusta a Dani Arce.