La tranquilidad, la paciencia y los trasnoches del día anterior marcaron la jornada electoral en la zona centro y el oeste de la provincia. En Itero del Castillo los únicos que salieron pronto de la cama fueron los miembros de la mesa. El pequeño municipio celebra ahora sus fiestas patronales e Isabel González, que ejerció de presidenta -no por primera vez-, lo notó desde el inicio de la jornada. «A las 8 de la mañana, cuando hemos constituido la mesa aún quedaba algún borracho por la calle que no había llegado a casa», remarcó, pero por lo general «llevamos una mañana tranquila».
El colegio electoral improvisado en el Ayuntamiento de la localidad comenzó a recibir a los primeros censados a media mañana, sin graves incidencias. Algunos llevaron el sobre desde casa y fueron pocos los que utilizaron la cabina habilitada en la sala de votación. Sobre las 11 horas habían votado casi un cuarto de las personas registradas: 17 de las 70 que estaban llamadas a ejercer su derecho, y 5 lo hicieron por correo. Además, González y los dos vocales que la acompañaron no esperaban haber tachado todos los nombres de la lista al finalizar el día. «Aquí nos conocemos todos y sabemos que hay gente, sobre todo mayor, que no vota», contaron. Los tres repetían en la labor del escrutinio y explicaron que, al haber muchos vecinos trabajando ahora en el campo, «nadie quiere que le toque mesa, y menos en temporada de cosechar», apostillaron.
También en el pueblo vecino se notaron las consecuencias de la fiesta. Uno de los vocales de Palacios de Riopisuerga tuvo que abandonar la mesa un par de horas por indisposición, aunque en la pequeña localidad, en la que todos se llevan bien, «no es molestia cubrirle y hacerle un favor», aseguró una apoderada de PSOE que se encontraba en el colegio electoral acompañando a Félix y Juan, presidente y vocal, que ya habían sido seleccionados en ocasiones anteriores para realizar el escrutinio. A pesar de que en las elecciones municipales del 28 de mayo a las 11:30 horas ya habían terminado de votar los 15 censados de la localidad, ayer a media mañana sólo habían recibido tres votos, los suyos. Aunque ya expertos en la materia, en la mesa estaban esperando «a que las mujeres salieran de misa y se pasaran a votar». Gran parte de los habitantes de Palacios, aunque residan en el pueblo, están censados en Burgos y prefirieron ejercer su derecho de manera telemática antes que trasladarse a la capital (...).
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