Las propuestas de la Diputación de Burgos para rehabilitar y revalorizar su patrimonio han vuelto a captar la atención del Gobierno central, que ha elegido los dos proyectos presentados a la última convocatoria del 2% Cultural para subvencionarlos con 1,7 millones de euros. La administración provincial aportará el otro 30% restante hasta sumar una inversión de 2,5 millones en la ciudad romana de Clunia y en el Monasterio de San Salvador de Oña.
En ambos casos serán actuaciones «potentes» que enriquecerán la actual experiencia de los visitantes con visiones totalmente novedosas de ambos conjuntos patrimoniales, según subraya el presidente de la Diputación, Borja Suárez, que felicita a la arquitecta Laura García Juárez y al personal de los departamentos de Cultura y Patrimonio por un trabajo que ha permitido obtener altas puntuaciones y acceder a las subvenciones. De hecho, no ha habido más proyectos seleccionados en la provincia de Burgos entre los 93 de toda España, que se reparten 80,1 millones de euros en ayudas.
Suárez avanza que la actuación de Clunia se ciñe a lo marcado por el Plan director de 2015 y cambiará el foco de atención del yacimiento, hasta ahora muy centrado en el teatro como elemento señero de la ciudad romana, para 'iluminar' otras zonas singulares.Concretamente, con los 800.000 euros de esta inversión se va a acondicionar la mitad oriental de Foro, para hacer visitable su cabecera y el Templo, el doble pórtico y las tabernas, la Basílica y el Aedes Augusti (lugar de culto consagrado a Augusto).
La memoria técnica elaborada para optar al 2% Cultural especifica que las obras se centrarán en las áreas ya excavadas tanto en los años 70 como en estas últimas campañas. Se pretende habilitar la visita en el interior de la Basílica, así como en el Aedes, que será restaurado y reconfigurado. Para proporcionar una escala de lo que fue el corazón de esta ciudad se reconstruirán algunas columnas, siempre con señales que permitan diferenciarlas de las piezas originales, todo ello con soluciones ya experimentadas en el yacimiento y que contribuirán a «mejorar la visita actual», recalca Suárez.
Mientras, para San Salvador de Oña habrá un antes y un después de esta tercera fase de la restauración.«Va a cambiar mucho», avisa el presidente, que se ha volcado en insuflar vida al complejo monacal, para conseguir también un retorno económico en Oña y su comarca. Recién anunciada la inversión de 2,2 millones para reabrir el albergue, que confinanciará la Junta, ahora llega esta otra inyección económica de los Ministerios de Transportes y de Vivienda, que destinarán 1.202.375,62 euros, mientras que la Diputación aportará otros 515.301,84.
Con ellos se recuperará el espacio original del patio de San Íñigo, «que fue dividido por la construcción de un pabellón intermedio de cuatro plantas en 1970, restaurar la fachada completa del inmueble a la plaza del Convento y adecuar la sala que da acceso a la torre de Sansón para el uso expositivo, uniéndola con la sala de exposiciones realizada en la Fase I, que juntas evocan al espacio que ocupó el laboratorio de ciencias en la época de los jesuitas», detalla la memoria.