Júbilo fue el sentimiento que ayer explotó a ambos lados de la frontera de Gaza e Israel, tras el histórico acuerdo alcanzado entre Tel Aviv y Hamás para poner fin a una guerra que se alargaba más de 15 meses y que ha dejado cerca de 47.000 muertos, además de millones de desplazados. La tregua entre las partes fue recibida con alegría en las calles del enclave y con esperanza en las comunidades israelíes.
El entusiasmo se apoderó de unos gazatíes que vivieron el momento como un triunfo a la resistencia de su pueblo, mientras que en las principales ciudades del Estado hebreo la sensación era de confianza contenida.
Así, las familias de los rehenes acogieron con «enorme alivio» el pacto de alto el fuego, que contempla la liberación de los secuestrados que siguen en el enclave.
«Es un importante paso adelante que nos acerca al regreso de todos los rehenes: los vivos para su rehabilitación y los fallecidos para un entierro adecuado. Pero nos acompaña una profunda ansiedad y preocupación por la posibilidad de que el acuerdo no se implemente en su totalidad, dejando a algunos rehenes atrás», señaló el Foro de las Familias de Rehenes en un comunicado.
Los allegados se refieren a la implementación por fases del acuerdo, que contempla en una primera etapa la liberación de 33 rehenes, mientras que ellos exigen que salgan a la vez los 98 que siguen dentro -34 de ellos muertos-, para evitar que nadie quede rezagado si el pacto fracasa.
«Deseamos expresar nuestra profunda gratitud al presidente electo Trump, al presidente Biden, a ambas administraciones y a los mediadores internacionales para hacerlo posible. Desde noviembre de 2023, hemos estado esperando ansiosamente este momento», subrayaron las familias.
También hicieron un «llamamiento urgente» para que se tomen medidas que garanticen que se lleven a cabo todas las fases del pacto. «No descansaremos hasta que veamos al último rehén en casa», insistieron.
En Israel, las ciudades también festejaron el fin de la guerra. Imagen: ReutersDesde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023, Israel y Hamás solo lograron un acuerdo de tregua de una semana a finales de noviembre, que permitió liberar a 105 rehenes -81 israelíes y 24 extranjeros- a cambio de 240 prisioneros palestinos.
Mientras, en Tel Aviv, familiares y amigos de personas asesinadas y secuestradas por Hamás celebraron el anuncio del alto el fuego mientras participaban en una manifestación que exigía al Gobierno el regreso de los suyos.
Gritos de victoria
En el lado gazatí, miles de ciudadanos salieron a las calles ondeando banderas palestinas y saludando el inicio de una nueva etapa en la Franja. Sus habitantes expresaban alivio y esperanza sobre un acuerdo que debería suponer el retorno a una ansiada estabilidad y normalidad en un territorio castigado por los bombardeos y ataques en la zona.
Los residentes de Jan Yunis, ciudad del sur de la Franja, encendieron hogueras y bengalas en señal de celebración y bailaron en torno a ellas para expresar la alegría por un acuerdo que les permite vivir sin terror.
En Deir el-Balah, en el centro de la Franja, cientos de personas manifestaron su alegría frente al Hospital de los Mártires de Al-Aqsa, bailando o agitando banderas palestinas.
Varias concentraciones espontáneas similares tuvieron lugar en otras localidades.