Dos pueblos hermanados y con la belleza como uno de sus múltiples puntos en común. Covarrubias y Letur se encuentran unidos por Tori Renes, nacida en la villa rachela y que en la actualidad reside en el pueblo albaceteño, que agradece la solidaridad y las muestras de cariño recibidas por los burgaleses. De hecho, su hermana, Pepa, ha organizado diversas iniciativas para recaudar dinero y ha conseguido implicar a sus vecinos para elaborar 1.000 flores de papel.
«No esperábamos tanta solidaridad, hasta que no pasa algo muy gordo no te das cuenta del comportamiento maravilloso de la gente. Es de agradecer toda la colaboración y se ha volcado todo el mundo, también la administración», comenta Tori, que vive en la parte alta del municipio -que no ha resultado afectada- pero que ha vivido de cerca los devastadores efectos de la DANA. Allí fallecieron seis personas, algo impactante para una localidad de 1.000 habitantes donde todos se conocen, «como en Covarrubias». Agradece todas aquellas actividades e iniciativas que se han llevado a cabo para ayudarles, mientras ahora mira al futuro con el objetivo de olvidar cuanto antes el terrible suceso.
Aún no puede borrar lo ocurrido hace apenas dos meses. «Cuando vimos por la mañana que el arroyo saltaba a la carretera vieja de San Antón era impresionante. Por la tarde bajamos a dar otra vuelta porque no podíamos estar tranquilos y ya había varios camiones de la UME, los bomberos con balsas por si había que hacer rescates y todo el operativo del 112 y Cruz Roja», explica Tori sobre lo que vivió. Cada persona aportó lo que pudo y ella no dudó en colaborar a la hora de poner bocadillos y desayunos. Uno de los aspectos que más se ha echado de menos durante todas estas semanas es la falta de luz y el silencio en el casco histórico. Poco a poco se va recuperando la normalidad.
Estas navidades no resultarán fáciles para la localidad de Castilla-La Mancha y la familia de Tori tampoco se ha desplazado a Covarrubias como de costumbre. Ella lleva viviendo allí 35 años y está jubilada después de trabajar en la popular empresa de productos lácteos ecológicos de El Cantero de Letur. Uno de los fallecidos había trabajado con ella y le conocía muy bien. «Eso te supera, no te lo puedes quitar de la cabeza y se me encoge el alma. Es muy duro, eso es lo peor», asegura, mientras comenta que al final se conocen todos en el pueblo.
Ahora ya se trabaja en la reconstrucción de toda la zona destrozada y el hecho de que se esté planificando cómo llevar a cabo esas mejoras genera cierta ilusión. «Va a costar, no será una cosa de hoy para mañana. Hay cosas que no sé ni cómo lo van a hacer», considera. Muchas personas se han quedado sin casas, por lo que lo más importante en estos momentos pasa por recuperar lo básico.
El primer fin de semana de noviembre, justo después de ocurrir la catástrofe en varias localidades de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana, estaba previsto celebrarse en Covarrubias el encuentro de los vecinos de estos dos pueblos. Así, en la villa rachela iba a recibir a la Banda Municipal de Letur con unos 45 integrantes, a los que se iban a sumar otros 20 visitantes. Además de conciertos, estaban previstos pasacalles con dulzaineros y redoblantes del pueblo de Arlanza y una visita por los encantos de Burgos capital. Ahora todos sueñan con que se pueda llevar a cabo cuanto antes este viaje y poder abrazarse.
Pepa, por su parte, no ha dejado de proponer ideas durante este tiempo para ayudar a su familia y amigos. Y sus vecinos han respondido. Una de las iniciativas más originales se centra en la realización de 1.000 flores de papel, una por cada vecino de Letur, que se llevarán allí en cuanto puedan. «Estoy muy orgullosa de mi pueblo. Con esto les queremos sacar una pequeña sonrisa; les enviaremos nuestra fuerza y buena energía», comenta. Mientras, detalla que desde la asociación de música ha hecho una cesta navideña para enviar el dinero que se consiga recaudar y también les han enviado un villancico para felicitarles la Navidad.