Con la llegada del verano, las buenas temperaturas y las vacaciones, los pueblos vuelven a convertirse en focos de atracción. Aquellos municipios vacíos en los meses más crudos del inverno, duplican e incluso triplican su población durante los meses de julio y agosto de la mano no solo de sus vecinos, sino también de aquellos deseosos de disfrutar de la mejor música y grandes espectáculos. Desde hace varios años, el medio rural se ha convertido en escenario de festivales de todo tipo, que permiten no solo descubrir a nuevos artistas sino también poner en valor un territorio amenazado por la despoblación.
En la provincia de Burgos el ejemplo más famoso de festival en el medio rural lo tenemos en la localidad de Aranda de Duero y su Sonorama Ribera, que cada año reúne a cientos de artistas y más de 100.000 asistentes llegados de todas partes de España. Un festival de referencia en el país que desde hace más de 25 años reivindica la tierra que lo vio nacer. Sin embargo, también nos encontramos ejemplos de festivales más jóvenes que luchan por mejoras para sus territorios o dar a conocer aquellos entornos donde se ubican.
Un ejemplo de ello es el festival Santillaland, que inició su andadura el pasado 2023 en Santillán del Agua (Burgos), y reunió en torno a 1.500 y 2.000 personas. Este festival, que este próximo 13 de julio celebra su segunda edición, reunirá en esta pedanía de Arlanza a artistas y grupos como Sexy Zebras, Jack Knife, Gorila Flor o Comtessa de postre Djs, y con un pregón a cargo de la cómica burgalesa Laura del Val.
María José, con su hija y el cartel de Vive Rioseco. - Foto: Ricardo Ordóñez (ICAL)Uno de sus organizadores, Gonzalo Ruiz, explica que desde hace tiempo tenían en la cabeza el "runrún" de organizar unas fiestas para el pueblo, dado que el patrón se celebra en el mes de enero y los vecinos siempre hablaban de organizar algo para la época estival. Sin embargo, no fue hasta el pasado año cuando la idea cogió forma, y lo hizo como "homenaje" a la abuela de Gonzalo y su hermano Jaime, que falleció a principios del 2023. "Cuando pasó, decidimos, a modo de homenaje, ponernos las pilas y empezar a movernos".
Junto a su hermano Jaime Ruiz, sus primos, la alcaldesa del municipio y el resto de vecinos de Santillán del Agua, se pudo poner en marcha este festival que permite no solo disfrutar de la mejor música sino también reclamar fibra óptima en la España Vaciada. La falta de fibra óptica siempre ha sido un problema en el pueblo, sin embargo, Ruiz explica que fue más consciente de ello cuando estuvo viviendo un periodo en el pueblo y tenía que verse obligado a viajar hasta Lerma, a unos seis kilómetros de Santillán del Agua, para poder teletrabajar.
"Es un problema que vivían en Santillán desde hace tiempo, pero nunca le dábamos la importancia necesaria", explica Ruiz. Una reivindicación que Santillaland ha hecho suya, y se puso de manifiesto en su primera edición con la celebración del Campeonato Internacional de Lanzamiento de Router, que este próximo 13 de julio volverá a denunciar la falta de internet en este municipio.
Santillán del Agua espera esta segunda edición del festival "con un poco más de ilusión" que el año anterior, cuando todavía eran nuevos en la organización de este tipo de eventos, aunque también con nervios porque tras el éxito del año anterior, el festival sigue creciendo.
Un festival familiar para todos. Los festivales del medio rural no solo reivindican mejoras para sus pueblos, también son una oportunidad para poner en valor el entorno en el que se celebran. Es el caso del festival familiar '¡Vive Rioseco!' que se celebra el 26 y 27 de julio en el Monasterio de Santa María de Rioseco, ubicado en el Valle de Manzanedo. Este evento, que organiza la Asociación 2030. Cultura y Gestión, celebra este año su tercera edición, está destinado a todas las edades, y busca integrar las artes escénicas, el patrimonio histórico y natural, así como la economía local y el turismo activo.
"Su origen está en poder ofrecer un ocio de calidad a las familias, que pueda ser disfrutado de manera completa por todos los miembros de una familia, tanto los padres como los pequeños. Eso es lo que nos distingue de otros festivales", explica uno de sus organizadores, José Miguel González. "Nos dimos cuenta de que no existía ningún festival al que pudiéramos ir con nuestros hijos, desde bebés hasta adolescentes, donde tanto padres como niños pudiésemos disfrutar por igual en un espacio al aire libre", añade la también organizadora María José Romero.
Fue entonces cuando decidieron ponerse manos a la obra y poner en marcha este festival, que aunque idea nació en el contexto de pandemia, su primera edición vio la luz en 2022. Según explican además, se basa en cuatro pilares, como son la familia, el patrimonio, la naturaleza y las artes escénicas. En su primer año reunió a unas 250 personas, y 280 en su pasada edición. Para este año esperan llegar a algo más de 300, dado que es un festival que "va creciendo", y cada vez son más las personas que se acercan hasta Las Merindades para disfrutar de todas las actividades que ofrecen.
El programa de este año cuenta con la actuación del grupo vasco Izaro el viernes 26 de julio, el mismo día que las familias podrán disfrutar del circo poético de Luciérnagas Teatro (CyL), la música del cantautor burgalés Marcos Gallo, así como varios talleres destinados a todas las edades. Al día siguiente, los más pequeños podrán disfrutar de los conciertos para bebés de Paulo Lameiro y la compañía Musicalmente, llegados desde Portugal, y que llevan 26 años haciendo conciertos para bebés, tal y como destaca González. Natercia, el espectáculo de títeres 'Vida' de la Compañía Javier Aranda de Aragón, así como la danza itinerante de Inesa Markava, se suman también a las propuestas, así como el folk latinoamericano de Katie James (Colombia) y el soul de Devonia (Burgos), que marcarán el ritmo de la tarde. Javier Ariza será el maestro de ceremonias, que pondrá el toque de humor y circo y la banda Siloé despedirá el festival.
La agenda se completa con talleres sobre naturaleza, sostenibilidad, alimentación ecológica, música, baile y experimentación artística, así como juegos tradicionales, un árbol de los chupetes, visitas guiadas y un rincón lúdico para bebés, completan la oferta de esta edición. El espacio también contará con una zona de restauración y de descanso, y se han habilitado unos autobuses lanzadera gratuitos para acceder al recinto desde Villarcayo.