A las 17.45 horas ha arrancado la versión más diferente e inesperada de Sonorama Ribera con la apertura de puertas al recinto. Los primeros incondicionales del festival guardaban cola desde las 15 horas para coger el mejor sitio después de haberse "estudiado" los planos difundidos por la organización en casa.

Con paciencia han esperado, a la sombra, eso sí, hasta que el personal de puertas les ha dado el OK y han comenzado a entrar, en fila y con la distancia de seguridad de metro y medio, según les han recordado los vigilantes de seguridad. 

En el interior del recinto se ultimaban los preparativos de la zona de barras y hostelería, mientras que el resto del personal llevaba horas en sus puestos, bajo un intenso calor. 

La emoción ha desbordado a algunos miembros de la organización cuando han sonado los primeros acordes de Calavento. Ha sido la primera banda en dar las gracias a la organización y al público por no faltar a la cita ribereña pero no la única. Todos los artistas han expresado desde el escenario la importancia de volver a realizar este tipo de eventos, unos desde la emotividad y otros, como El Kanka, con cierta ironía. “Nunca había visto tantas sillas juntas", ha bromeado. También ha habido momento para felicitar a Javier Ajenjo, director del festival, por su cumpleaños. 

Poco a poco, el recinto ferial ha ido dejando calor y cogiendo color, con mucha demanda y colas en las zonas de comida y bebida, aunque aún con bastantes huecos que se irán llenando a medida que avance el fin de semana. 

Todos los test de antígenos realizados a toda la organización antes de comenzar el evento han dado negativo.

En la zona vip se han dejado ver caras conocidas, como integrantes de varias bandas y el periodista Jordi Évole.