La buena acogida de la decena de  zonas de esparcimiento canino que hay repartidas a lo largo y ancho de la ciudad, tanto por parte de los dueños de las mascotas como también por las personas que precisamente reclaman que estos animales jueguen y corran en lugares separados de los viandantes, ha provocado que la Concejalía de Medio Ambiente se haya puesto manos a la obra para crear otro espacio de este tipo en las traseras del Monasterio de las Huelgas. En una zona arbolada y algo alejada de las viviendas de la calle Castrillo del Val. Además, está actuación se complementa con la ampliación del que ya existe en el parque de los Poetas (entre la avenida de Castilla y León y Severo Ochoa). 

El Ayuntamiento de Burgos ha adjudicado estos trabajos a la empresa Cierres Metálicos Burgos, mediante un contrato menor por un importe de casi 20.000 euros (IVA incluido).

En los planes del Servicio de Medio Ambiente está mejorar las once zonas de esparcimiento canino que hay en la ciudad ya que, tal y como avanza su concejal,Carlos Niño, la idea es colocar elementos con los que los perros puedan jugar y ejercitarse.

La primera de las zonas de esparcimiento canino en la ciudad se creó a finales de 2020 y se localizó en el cerro de San Miguel, junto al recién remodelado centro de Biodiversidad del Castillo, gracias a los Planes de Empleo municipales. Después ya vinieron los que se instalaron en La Quinta (cerca del vivero municipal), en la calle San Roque (junto al centro comercial Camino de la Plata), junto el parque de la Luz (G-3) y el parque de Los Poetas (G-2).

Además de las cinco localizaciones ya mencionadas, las siguientes zonas de esparcimiento canino en llegar fueron las del parque de Juan Pablo II (frente a la estación de trenes), la del parque de Buenavista (G-9), la calle Óscar Romero (Fuentecillas) y el parque de La Nevera (zona sur). 

Los usuarios de estos espacios de recreo para mascotas han reclamado desde que se crearan la colocación de mobiliario urbano como bancos y fuentes y en algunos casos la plantación incluso de algunos árboles para cobijarse en una sombra en los días más calurosos del verano.

El Ayuntamiento de Burgos invirtió el pasado mandato algo más de 90.000 euros en la creación de las diez zonas de esparcimiento canino. Algunas de ellas semiabiertas y en espacios más amplios, lo que en algunas ocasiones ha generado precisamente conflictos por la ausencia de delimitaciones, y otras con cerramientos.