Hay que reconocer la inteligencia donde está. Y el oportunismo. Y la falta de principios. La polémica de Broncano contra Motos no sólo es la mejor campaña de publicidad posible para el programa de RTVE para subir su audiencia, sino, sobre todo, la manera perfecta de desviar el foco de los problemas reales de los españoles y del cerco judicial creciente al Gobierno. Dos pájaros de un tiro.
Si hablamos de Broncano, el "progre" que basa su éxito en preguntar cuánto dinero tiene el entrevistado y cuantas veces folla, frente a Motos, el "facha" que lleva diecinueve años liderando las audiencias con su programa, dejamos de hablar de la imputación de Begoña Gómez o del hermano del presidente; del poder de la Fiscala General del Estado al servicio del Gobierno, manejando información confidencial contra un ciudadano particular que, casualmente, es la pareja de Díaz Ayuso; de las maniobras de Óscar López y su jefe de Gabinete para hacer que Juan Lobato usara esa información en sede parlamentaria contra Isabel Díaz Ayuso y, luego, cargarle a él el posible delito; de la "confianza" del propio Lobato en quien gobierna su partido cuando acude a un notario para protegerse; de las declaraciones de Aldama en sede judicial que ponen bajo sospecha grave al presidente del Gobierno, a su esposa, al ministro del Interior, al que fuera ministro de Transportes, a la Guardia Civil, dependiente del ministro del Interior, que le condecoró como ciudadano ejemplar; de los pactos y cesiones a Bildu y la reducción de penas a terroristas; de las cesiones a Cataluña contra el resto de las comunidades autónomas; de la imposibilidad del Gobierno para sacar adelante, un año más, los Presupuestos Generales del Estado, la ley fundamental que permite el funcionamiento correcto y democrático de un país; del aumento de los impuestos y de la recaudación fiscal; de la lamentable gestión estatal de la post catástrofe de Valencia que incluso está poniendo a la población en contra del Ejército y del retraso en la llegada de las ayudas; de una ministra de Defensa que abronca a los vecinos que lo han perdido todo; del intento de acabar con MUFACE, para llevar un millón más de ciudadanos a la sanidad pública. Cargarla un gasto mayor y echar la culpa del colapso a las comunidades autónomas, mayoritariamente gobernadas, qué casualidad, por el Partido Popular; de reclamar la devolución de ayudas por el COVID a 45.000 autónomos aunque algunos ya no tengan negocio o, incluso, hayan fallecido* De no hablar del Congreso a la búlgara del PSOE, cerrando filas con Sánchez.
Lo importante es hablar de Broncano y de Motos, llevar la noticia al sumario de los informativos de TVE y ocupar horas hablando de ello. Para no hablar de lo que importa realmente a los ciudadanos. Y si no es suficiente con Broncano, aparece Irene Montero, una de las responsables de la ley del sólo sí es sí, ahora eurodiputada -10.000 euros al mes, 4.950 más para gastos de oficina, 350 euros diarios de dieta, viajes en avión gratis, coche oficial para asuntos parlamentarios, etc.- para llamar a un juez, que se ha atrevido a criticar su ley del "sólo sí es sí", machista, clasista, reaccionario y decirle que no sabe nada de Derecho y que si ella hace las leyes, el juez tiene que aplicarlas, aunque la ley esté mal hecha y sus consecuencias sean reducir las penas a cientos de violadores o sacarles a la calle. Es la política para ver quién gana y quién saca réditos personales o para el partido, no quién mejora la vida de los ciudadanos. Es la política que favorece el enfrentamiento, no el diálogo y el consenso. Es la política que busca 'likes' fáciles y que no necesita argumentos o verdades. Es la política de la impostura.